Desde el ángel custodio que acompaña a Roncalli a las oraciones de Pío XI: los pontífices del siglo XX han sentido cerca a los espíritus celestiales El contacto entre los ángeles y algunos Papas del siglo XX. El vínculo con los espíritus celestiales fue para algunos de ellos muy intenso.
Pío XI: la guía celestial de los exploradores
Papa Pío XI (Achille Ratti, 1922-1939) invoca siempre a su ángel custodio, subrayando que frecuentemente repite esa invocación angélica durante la actividad cotidiana especialmente cuando hay graves problemas.
El Papa desde niño comprende los pensamientos de san Bernardo de Claraval sobre el respeto confiado y el amor a cultivar hacia el ángel custodio. En particular, Pío XI recomienda la devoción angélica particularmente a algunas categorías como los misioneros, los nuncios apostólicos, los maestros y los scouts.
En un bello discurso de 1923 a los exploradores católicos el pontífice dice: “…les recomendamos siempre a los exploradores la devoción a los ángeles. El explorador es a menudo abandonado a sus fuerzas, a sus medios. No olvides entonces que él tiene una guía celestial, que el ángel de Dios vela sobre él. Ese pensamiento les dará el valor y la confianza de una valiosa ayuda”.
“Era muy devoto de los ángeles custodios”
El cardenal Carlo Confalonieri, en su biografía “Pío XI visto de cerca”, escribe:
“Era muy devoto de los ángeles custodios, del suyo en primer lugar, y de los que consideraba encargados de las oficinas eclesiásticas y de las distintas circunscripciones territoriales. Cuando tenía que realizar alguna misión delicada, rezaba a su ángel para que preparara y facilitara el camino, preparando a las almas. Es más, en circunstancias particularmente difíciles, le rezaba también al ángel de su interlocutor, para que iluminara y calmara a su protegido. Al entrar en el territorio de la diócesis de Milán se arrodilló para besar la tierra que el Señor le encomendaba e invocó al ángel de la diócesis”.
Papa Pacelli y el arcángel Miguel
El papa Pío XII (Eugenio Pacelli, 1939-1959) también habla a menudo de la misión de los ángeles en la vida de la Iglesia. El pastor angelicus, como es llamado, es particularmente devoto del arcángel Miguel que, en 1949, se vuelve patrono y protector de los radiólogos y radioterapeutas y también patrono de toda la administración italiana de la seguridad pública, pues el arcángel guerrero está dotado de la fortaleza divina contra las potestades de las tinieblas.
En el año santo de 1950, el papa Pacelli, con la encíclica “Humanis generis” reafirma la doctrina tradicional sobre los ángeles, deplorando que algunos lleguen a poner en discusión su ser creatural personal, reduciéndolos a figuras míticas y vaporosas.
Juan XXIII y aquel éxtasis amoroso con Dios
El papa Juan XXIII (Angelos Roncalli 1959-1963) a los dieciocho años en su diario de seminarista, escribe: “Un ángel del cielo nada menos, está siempre junto a mí y junto a él es arrebatado en un continuo éxtasis amoroso con su Dios. ¡Qué delicia de solo pensarlo! Yo, por lo tanto, estoy siempre bajo los ojos de un ángel que me guarda, que reza por mí, que vela junto a mi cama mientras duermo”.
“Qué consuelo sentirnos cerca del guardián celestial”
Y cuando es nuncio en Francia, en una carta a su sobrina encomienda su amor a los espíritus celestiales:
“Qué consuelo sentir cerca de nosotros a este guardián celestial, a esta guía de nuestros pasos, a este testimonio hasta de las acciones más íntimas. Yo rezo ‘Angele Dei’ al menos cinco veces al día y a menudo espiritualmente con él con calma y paz. Cuando tengo que visitar a algún personaje importante para tratar los asuntos de la Santa Sede, hago un acuerdo con el ángel de la guarda de esa persona de alto rango, para influir en sus disposiciones. Es una pequeña devoción que el Santo Padre Pío XI me enseñó más de una vez ”.
En cinco años de pontificado el “Papa bueno” comenta no menos de 40 veces las tareas de los ángeles custodios, recomendando siempre su devoción. El papa Juan XXIII pasa a la historia porque anuncia el Concilio Ecuménico Vaticano II y la idea surge de una inspiración que Dios le dio en la oración, a través de su ángel custodio.
Pablo VI, el catecismo y los ángeles
Pablo VI (G.B. Montini, 1963-1978) es el Papa que lleva hacia adelante y concluye el Concilio que, de hecho, habla poco sobre los ángeles y los demonios, porque su objetivo es sobre todo pastoral y no dogmático. En cambio, en la declaración sobre el “Nuevo Catecismo Holandés” la comisión cardenalicia, nombrada en 1967 por Pablo VI, afirma que la existencia de los ángeles es una verdad de fe: “Es necesario que el Catecismo declare que Dios ha creado, además del mundo sensible en el que vivimos, también el reino de los espíritus puros que llamamos ángeles”.
Y en la “Profesión” del 30 de junio de 1968, para la clausura del año de la fe, el Papa nombra dos veces a los ángeles, al inicio: “Creemos en un solo Dios, Padre, Hijo, Espíritu Santo, Creador de cosas visibles e invisibles que son los espíritus puros, también llamados ángeles”, y al final: “Asociarse con los Santos Ángeles en el gobierno divino”.
Juan Pablo II y la gran lección sobre los espíritu celestiales
El papa Juan Pablo II (K. Wojtyla, 1978-2005), es el pontífice que, en los dos mil años de historia de la Iglesia, habla más que todos los demás Papas de los ángeles, a los que dedica un ciclo de las catequesis de los miércoles del verano de 1986:
“Hoy, igual que en tiempos pasados, se discute con mayor o menor sabiduría acerca de estos seres espirituales. Es preciso reconocer que, a veces, la confusión es grande, con el consiguiente riesgo de hacer pasar como fe de la Iglesia respecto a los ángeles cosas que no pertenecen a la fe o, viceversa, de dejar de lado algún aspecto importante de la verdad revelada”.