Último capítulo del rally anticatólico en Estados UnidosEl vandalismo en contra de los signos y los símbolos católicos, así como a las representaciones públicas de nuestra fe (catedrales, iglesias, estatuas), parece no tener final en Estados Unidos.
El último capítulo de esta serie de ataques al catolicismo, que es la fe de uno de cada cinco adultos estadounidenses y forma parte de la confesión cristiana más numerosa de ese país, ocurrió el pasado 15 de septiembre en la ciudad fronteriza de El Paso (Texas).
Según las primeras pesquisas, un sospechoso (que ya fue detenido) ingresó a la Catedral de San Patricio y destruyó una estatua del Sagrado Corazón de Jesús que databa de hace noventa años; una imagen muy querida por los fieles de la localidad, en su mayoría católicos de origen hispano.
Él nos consolará
El obispo de El Paso, Mark J. Seitz, escribió lo siguiente en su muro de Facebook: “Estoy devastado por esta pérdida irremplazable; también sé que los miembros de esta comunidad parroquial y toda la iglesia de El Paso lo estarán. En este momento, llegaremos en confianza al que representa esta estatua, y sé que nos consolará”.
Hasta el momento no se ha difundido ni el nombre ni “los motivos” que guiaron al sospechoso del ataque a llegar hasta la parte trasera del altar principal de la Catedral de San Patricio y destrozar la figura del Sagrado Corazón de Jesús. Tan solo se sabe que penetró en la Catedral a las 10 de la mañana del 15 de septiembre.
La página de la Catedral expone la saña con la que fue machacada la estatua de Jesucristo que yace en el suelo, derribada de sus cimientos, con el brazo derecho roto y la cara destrozada, excepto la mandíbula.
Un corazón que arde de amor
“Estoy en shock y en la Catedral estamos desconsolados por una situación tan inesperada”, dijo el padre Trini Fuentes, rector de la Catedral De San Patricio en una declaraciones recogidas por Catholic News Service.
El obispo Seitz dijo que el atacante “debe ser una persona que está muy perturbada por haber atacado este pacífico lugar en nuestra ciudad y esta imagen del Rey de la Paz”, Y agregó: “Espero que este sea el impulso para que reciba la ayuda que necesita. Él estará en mis oraciones”.
La figura, según el prelado estadounidense, uno de los grandes defensores de los derechos y la dignidad de los inmigrantes con los brazos abiertos y “el corazón ardiendo de amor por nosotros”, era una de sus representaciones favoritas de Jesús y se inspiraba en ella mientras se preparaba para oficiar Misa.
Lo esencial que es invisible a los ojos
“Por muy triste que esté al ver una estatua atacada y destruida, estoy agradecido de que no sea una persona viva”, dijo el obispo Seitz. “Pero una estatua, en particular esta estatua, nos concretiza y conecta con personas e ideales que no son visibles a nuestros ojos. Nos revelan realidades que están cerca de nosotros, pero que no se ven”.
A través de Twitter, la Conferencia de Obispos Católicos de Texas dijo que se unían en oración con la Diócesis de El Paso “en reparación por el acto de vandalismo en la Catedral de San Patricio”.
El día anterior, 14 de septiembre, la emisora Fox News del Estado de Utah confirmó el ataque que sufrió una estatua de Santa Teresa en un templo de la localidad de Midvale y del robo que se perpetró en contra de una casa propiedad de la misma parroquia.
Lo dicho: el rally en contra del catolicismo se ha asentado en Estados Unidos.