La pandemia del coronavirus y un golpe directo a la educación de muchísimos niños y adolescentes La frase del titular bien podría estar asociada a al famoso personaje Chapulín Colorado, por estas horas noticia a nivel mundial luego que trascendiera que los programas del legendario comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños (Chavo del 8, Chespirito, Chapulín Colorado) dejarán de emitiré por televisión en todo el mundo tras décadas de presencia ininterrumpida, propuesta televisiva emblema para múltiples generaciones de América Latina.
Sin embargo, el tono de la pregunta y la preocupación bien podría ser trasladada a esta hora a cualquier familia boliviana, en especial a los niños y jóvenes. En las últimas horas se anunció desde el gobierno la suspensión del año escolar 2020 –con el pasaje automático de curso- debido a la pandemia del coronavirus, que en ese país se ha visto agraviada en los últimos días incluso con el recórd de más de 80 fallecidos en tan solo 24 horas.
“(La medida) entrará en vigencia a partir de este lunes 3 de agosto, la clausura se da porque principalmente los niños del área rural no tienen internet, el sistema de fibra óptica sólo llega a las ciudades. Esto implica la promoción de los estudiantes al curso superior”, expresó en rueda de prensa ministro de la Presidencia, Yerko Núñez.
Tras el anuncio, que ha generado múltiples reacciones en Bolivia debido a que también los maestros se ven perjudicados en cuanto a efectos salariales, por ejemplo, la propia presidenta interina Jeanine Áñez emitió un mensaje con el argumento de que la decisión responde a preservar la salud de los niños y así evitar también que los casos de coronavirus se disparen aún más.
Hoy tomamos la decisión de clausurar el año escolar. Es muy duro, pero lo hacemos para cuidar la salud de los bolivianos, especialmente de nuestros niños. La salud es lo mas importante, sobre todo en estos momentos. pic.twitter.com/u1uMsZoSUl
— Jeanine Añez Chavez (@JeanineAnez) August 3, 2020
Lo cierto es que el anuncio realizado en Bolivia es tan solo un ejemplo de los efectos drásticos de la pandemia del coronavirus en los países de América Latina, donde la alternativa de la virtualidad no siempre puede alcanzar a la mayoría de los involucrados.
En ese sentido, ahora cabe preguntarse qué sucederá con la educación de muchos niños de aquí en más –en medio de la pandemia-, pues con la suspensión de la posibilidad de estudiar –más allá de los argumentos presentados- genera otros inconvenientes tanto para las familias como para el propio desarrollo individual de los involucrados.
Al mismo tiempo, genera más debate sobre la necesidad de generar más condiciones ante este tipo de escenarios, aspecto con fuertes vulnerabilidades en los últimos años, tema que excede a Bolivia y que lo único que representa es un verdadero “balde de agua fría” a los estudiantes.
En principio, el anuncio también conlleva el compromiso de buscar otras vías o modos para garantizar la educación a futuro.
¿Y los privados?
La decisión del cierre del año escolar también ha tenido eco en los colegios privados, mucho de los cuales empiezan a replantearse la necesidad de cerrar de manera parcial o definitiva, generado con ello un alto índice de desempleo de docentes.
No obstante, publica El Deber este lunes 3 de agosto, la Asociación de Colegios Privados de Santa Cruz (Adecop) ha expresado que continuará con las clases virtuales.
“Las instituciones educativas privadas estarán disponibles para proveer el servicio educativo a los padres que no estén de acuerdo con que este año genere un déficit en la formación de sus hijos. El Estado no puede coartar el acceso a la educación”, se indica en un documento publicado en las últimas horas.
Entre otras cosas, argumentan que el Estado “no tiene potestad de impedir que niños y jóvenes pierdan el acceso a la educación”.
Horas más tarde, este lunes, un nuevo pronunciamiento del ministro de Educación a través del cual señala que la educación a distancia y virtual puede continuar a pesar de la clausura del año académico.
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