Cuando nace un hijo, no es necesario que nuestra mascota quede fuera de la familia. Aquí tienes 10 pasos para que el recién nacido y su perro se hagan amigos
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Antes de quedarte embarazada, seguramente te habías hecho muchas preguntas sobre cómo sería el futuro con un recién nacido. Y si tienen perro en casa, es lógico que quieras saber cuál es la mejor manera de que su perro sea “el mejor amigo” de su recién nacido.
Los perros -casi todas las razas- pueden ser protectores, compañeros y amigos, e incluso pueden poner sobre aviso a los mayores acerca de algunos peligros que acechan al niño.
Para ello, habrá que seguir unos pasos muy fáciles que preparen la llegada del niño a casa.
El perro te puede acompañar durante el embarazo
Tu evolución física es evidente y además el perro puede comprobar mediante el olfato que tu cuerpo se transforma. Llévalo contigo cuando salgas a pasear y siéntalo a tu lado en el sofá. Cuando acaricies tu panza, háblale para que relacione el tono de voz con tu estado físico.
Es importante conocer la raza del perro
Para que no te lleves un susto o un disgusto, es importante conocer de qué raza es tu perro. Si es pura, basta con saber entonces cuál es su personalidad. Si es calmado, paciente y se comporta siempre bien, no hay que temer la novedad de un hijo en la casa. Incluso cuando el perro es enorme, puede ser de lo más dócil con un bebé.
Pero si el perro es de mezcla y alguna de las razas puede ser cazadora o agresiva, es mejor que consultes a un veterinario o especialista en educación canina.
También debes hacerlo si el perro es irritable o nervioso.
Re-educa antes que llegue el bebé
Si el perro tiene algún hábito que no es compatible con la llegada del bebé, es el momento de que aproveches para re-educarlo.
Por ejemplo, que ya no suba a su cama. O que no te dé lametones. O que cambie su lugar de dormir, para que puedas poner ahí la cunita.
Patas, hocicos y juegos
Si tu perro es juguetón o tiene por costumbre saltar encima de ti cuando llegas a casa, o si es un dogo que posa las dos patas en tus hombros de lo contento que está, deberás desacostumbrarlo.
Si le gusta lamer o dar saltos o pegar pequeños empujones para llamar la atención, es el momento de enseñarle a que no lo haga.
El horario de sueño, de paseo y comidas
Hasta ahora tal vez tu perro era el rey de la casa, si no había niños. Pero con la llegada del pequeño, su horario se va a modificar. Toma papel y lápiz, anota el nuevo horario fijo y comprueba qué hábitos horarios afectarán a tu mascota.
Es importante que cuentes con que alguien saque a pasear el perro, para que no vea mermadas sus salidas. Así evitarás que el encierro en casa lo ponga nervioso o se altere.
Zona propia del perro
Establece un territorio, si no lo has hecho hasta ahora, que sea solo para el perro: una caseta o una colchoneta son los espacios más habituales para que él pueda descansar. El bebé nunca deberá tocarlos, y habrá que estar pendientes cuando empiece a gatear.
Preparamos la llegada del bebé
Antes de que nazca el niño, el perro puede hacerse una idea de su ropita, de los utensilios (chupete, biberón, pañales) y de sus juguetes. así se familiariza con olores, formas y texturas.
Debemos estar especialmente pendientes de saber si se encapricha con algún juguete y lo muerde. Si vemos que no quiere soltarlo una y otra vez, será mejor hacerlo desaparecer y, por supuesto, no dárselo al bebé.
Importante, el sentido del olfato
Un perro se guía tanto o más por el olfato que por la vista. Para cuando llegue su hijo a casa conviene que ya reconozca como familiares aquellos olores que a partir de ahora serán el alma del hogar. Ten en cuenta que un perro los huele más que una persona.
Acerca a tu perro los productos de higiene que emplearás con tu bebé para que los huela: jabón líquido, toallitas perfumadas…
Antes de poner al bebé en la bañera con muñecos de goma, preséntaselos a tu mascota (si no quieres que forme un maremoto con el agua cuando entre en ella a cuatro patas). La curiosidad mueve su instinto, así que ha de aprender a quedarse al margen del baño hasta que tú le autorices a hacerlo.
Cuidado con la época de celo y con las crías
El instinto de una perra (y un perro) hará que quiera proteger a sus crías. En esa etapa habrá que tener especiales precauciones para que ella sienta que sus cachorros no corren peligro.
Los sonidos del bebé
El perro debe acostumbrarse a la nueva voz que hay en casa: sus lloros, sus risas, sus balbuceos. Dale tiempo para que gradualmente el perro se acerque al pequeño y se acostumbre. El instinto hace que enseguida lo incorporen a su catálogo de sonidos familiares.
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