La organización independiente Refugees International afirma que la política migratoria norteamericana ayuda a la propagación del coronavirus en GuatemalaEn tiempos de coronavirus, las deportaciones de extranjeros indocumentados desde Estados Unidos pueden llevar a esparcir la pandemia en países que presentan muy pocas posibilidades de poder atender a sus ciudadanos repatriados y muchas posibilidades de que, a partir de la inserción en la vida activa de sus poblados, los deportados infecten a pobladores muy pobres.
Tal es el caso de los guatemaltecos que están siendo repatriados desde Estados Unidos, aprovechando el tiempo de pandemia y las condiciones extremas que está viviendo el país del norte, foco universal de contagios y muertes por la Covid-19.
Y así lo deja en claro el reciente informe de la organización Refugees International (RI) con sede en Washington.
Daños colaterales
Este organismo independiente, fundado en 1979, que aboga por la asistencia y protección para salvar a las personas desplazadas y promueve soluciones a las crisis de desplazamiento, documenta en su análisis (“Daños perjudiciales: las vulnerabilidades compuestas de los guatemaltecos retornados en el tiempo de la Covid-19”), que la política migratoria de Estados Unidos ayuda a la propagación del coronavirus en Guatemala.
El informe de RI recomienda a los guatemaltecos que salen de su país en busca de mejores oportunidades de vida, o bien huyendo de la violencia, a que soliciten asilo en Estados Unidos en lugar de ser regresados a México o ser repatriados.
Esa petición podría permitirles estar con “patrocinadores” estadounidenses, mientras esperan en el lado americano la resolución de su proceso en la corte de migración.
En otras palabras, que eviten esperar en México (por el programa “Permanecer en México”, también llamado Protocolos de Protección de Migrantes, o MPP, que pide a los solicitantes de asilo en los Estados Unidos que esperen en México hasta que un tribunal de inmigración de los Estados Unidos pueda resolver su caso), porque lo más seguro es que serán deportados o bien, vivirán meses de incertidumbre y más violencia.
Vuelos no regulados
Varios vuelos de deportados guatemaltecos fueron suspendidos en principio por autoridades del país centroamericano, pero esta práctica ya no se realiza regularmente. Según un recuento hecho en Guatemala, veinte por ciento de los casos de personas infectadas por el coronavirus en ese país eran producto directo de los repatriados quienes habrían sido infectados en los centros de detención estadounidenses.
El hecho de que muchos deportados representan la posibilidad –real o imaginaria—de infectar a la población de donde salieron para buscar fortuna en Estados Unidos, aumenta su exposición a la violencia o a la extorsión por parte de bandas delictivas que operan en la región.
“Una vez que regresan, los guatemaltecos a menudo luchan por reintegrarse. Enfrentan desafíos únicos para ganarse la vida y las mujeres, los grupos indígenas y los niños, enfrentan barreras particulares para acceder a muchos servicios públicos básicos. Además, falta atención médica, particularmente para servicios psicológicos o especializados”, apunta el estudio de RI.
Información y asistencia
La organización pidió al gobierno de Guatemala que genere “campañas de información multilingüe en idiomas mayas y español para combatir el estigma dirigido a los deportados liberados de la cuarentena de coronavirus”.
También, que establezca albergues donde los repatriados pueden practicar el distanciamiento social durante un cierto período como una forma de detener la propagación del virus. RI señala que los guatemaltecos que buscan refugio en Estados Unidos, sobre todo los niños, están expuestos a condiciones inseguras durante su detención.
En lugar de proponer alternativas que permitan el aislamiento social y, por tanto, detengan la propagación del virus, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas los hacina y los deporta, en lugar de hacer pruebas y ver si están infectados de la Covid-19.
El drama sin fin de los refugiados
“Tanto adultos como niños enfrentan estigma y un riesgo creciente de ataques violentos a medida que el miedo y la información errónea sobre la enfermedad continúan extendiéndose”, dijo RI citando un informe reciente de un funcionario de ayuda de las Naciones Unidas en el país centroamericano.
Este funcionario, según RI, constató que “muchas comunidades están rechazando retornados porque temen ser infectados y algunos deportados han sido atacados”, lo cual aumenta aún más el riesgo de regresar a su tierra.
Una muestra más del drama de los refugiados en busca de una oportunidad que se les ha cerrado en su país y que ahora, al ser repatriados, enfrentan una doble resistencia de sus comunidades. Es el drama de los refugiados en tiempos de pandemia. Y siempre.