El coronavirus ha sido la gota que colmó el vaso para muchas instituciones, que han luchado durante años por mantenerseCerca de 100 escuelas católicas en los Estados Unidos han anunciado en las últimas semanas que no volverán a abrir este otoño. No estamos hablando de escuelas que decidieron continuar la educación on line en lugar de la instrucción en persona debido a la pandemia de coronavirus. Estamos hablando de no volver a abrir. Cerradas para siempre.
Para muchas escuelas católicas, que llevaban años enfrentando dificultades, la pandemia ha sido la gota que ha colmado el vaso.
La National Catholic Education Association dijo que los cierres reducirán el número de escuelas católicas de primaria en los Estados Unidos a alrededor de 6.000, en comparación con las más de 11.000 que había en 1970. Las matrículas se has desplomado de más de 5 millones en la década de 1960 a aproximadamente 1,7 millones en la actualidad.
La mayoría de las escuelas que cierran este año son de educación primaria, pero también lo hacen algunas “escuelas secundarias veneradas y queridas”, informa Associated Press. Entre ellas, el Institute of Notre Dame, una escuela de niñas fundada en 1847 en Baltimore, entre cuyas alumnas se contaban Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos; o la Immaculate Conception Cathedral School de Memphis, Tennessee, donde Priscilla Beaulieu terminó su último año mientras salía con su futuro esposo Elvis Presley.
Aparte de la nostalgia, los cierres tienen un impacto negativo en algunas comunidades donde la necesidad es mayor. Mary Pat Donoghue, directora ejecutiva de la oficina de Educación Católica de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, dijo a AP que el impacto será particularmente severo en los barrios urbanos de bajos ingresos, donde los afroamericanos e hispanos representan la mayor parte del cuerpo estudiantil.
“Nadie en el sector de las escuelas no públicas ha tenido mejores resultados allí que las escuelas católicas”, dijo Donoghue. Según el reporte de AP:
Donoghue explica que muchas familias han perdido empleos recientemente y sienten que ya no pueden pagar matrículas con un promedio de casi 5.000 $ para las escuelas primarias y más de 11.000 $ para las escuelas secundarias. Por otro lado, las parroquias que gestionan muchas de estas escuelas perdieron gran parte de sus donativos semanales al interrumpirse los servicios litúrgicos.
Otro factor: la primavera es la mejor temporada para recaudar fondos para la escuela, y muchos de esos eventos han tenido que cancelarse.
La hermana Dale McDonald, directora de políticas públicas de la NCEA, agregó que la incertidumbre está contribuyendo al problema. ¿Los requisitos de distanciamiento social significarán menos alumnos? “Los directores de escuela quieren saber qué va a suponerles”, dijo. “Los padres no quieren comprometerse con lo que no saben. Es un gran desastre”.
En una carta del 12 de junio a los católicos en la Arquidiócesis de Nueva York, el cardenal Timothy M. Dolan, escribió que incluso antes de la pandemia, la arquidiócesis tuvo que apoyar a muchas parroquias, escuelas y otras instituciones que no pudieron salir adelante por su cuenta. Dolan explicaba que muchos padres no han podido pagar la matrícula desde febrero, debido a la pérdida de ingresos por los despidos, el desempleo o la caída de los salarios.
“Muchos de nuestros generosos partners, como el Inner-City Scholarship Fund y la Alfred E. Smith Foundation, dieron un paso adelante para ayudar a cerrar la brecha durante el resto del año escolar”, dijo el cardenal. “Pero, muchas de nuestras escuelas tienen muy pocos estudiantes matriculados para este mes de septiembre, ya que las familias con dificultades no pueden pagar la matrícula, incluso con nuestras becas, y es posible que estemos viendo un número significativo de cierres de escuelas, algo en lo que trabajamos muy duro para que no suceda”.
Neal McCluskey, director del Centro para la Libertad Educativa del Cato Institute, dijo que los sistemas de escuelas públicas también se verán afectados. “Lo mismo que está causando la quiebra de las escuelas privadas, la crisis económica consecuencia del COVID-19, también va a afectar a los presupuestos de las escuelas públicas“, dijo McCluskey a la Semana de la Educación. “Con todos estos cierres, tendremos un montón de niños que las [escuelas públicas] ahora necesitan educar … por lo que van a estirar los recursos aún más”.