9 actitudes para buscar la tranquilidad en tu presente y mirar al futuro con esperanza
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Hay muchos que aún no han podido regresar a la actividad, a su trabajo, a lo que amaban y tampoco saben bien lo que vendrá o deparará el futuro cercano por causa de esta pandemia. Hay muchas cosas que están fuera de nuestro control, pero la mentalidad con la que abordemos la situación es clave para hacer frente a circunstancias difíciles y enfrentar lo desconocido.
La verdad es que nunca tenemos el control absoluto de las cosas, tal como ha demostrado el brote de coronavirus. La vida puede ser impredecible y cambiar rápidamente: una enfermedad repentina, perder el trabajo o la dificultad de mantener segura a la familia. Uno puede estar ansioso sobre cuándo terminará la pandemia o si la vida volverá a la normalidad.
Es natural querer sentirnos seguros y tener un sentido de control, pero esta situación con tanta incertidumbre puede llevarnos a experimentar más estrés, a ponernos ansiosos o sentir la impotencia de no saber la dirección de nuestro vida hasta agotarnos emocionalmente e imaginar lo peor.
La incertidumbre a menudo se centra en las preocupaciones sobre el futuro y todas las cosas malas que se pueden anticipar que sucedan. Esto puede llevar a sentirnos desesperados o deprimidos por los días venideros, exagerar el alcance de los problemas que enfrentamos e incluso paralizarnos para tomar buenas medidas que nos permitan superar un problema.
El peligro de caer en una preocupación crónica no puede darnos más control sobre los eventos incontrolables, sino robarnos el disfrute en el presente, agotar nuestra energía y no dejarnos dormir. Aunque haya personas que les resulte más fácil tomar riesgos y vivir vidas impredecibles, todos tenemos un límite.
Lo primero a saber es que uno no está solo. Somos muchos los que estamos en el mismo barco. También es importante darse cuenta de que no importa cuán indefenso y desesperado uno se sienta, hay acciones que podemos tomar para enfrentar mejor las circunstancias incontrolables, aliviar la ansiedad y enfrentar lo desconocido con más confianza.
9 actitudes para lograr tranquilidad y esperanza
Estas ideas pueden ayudarnos a llevar mejor la situación actual y estar activos recuperando aquello que nos aporta más paz y tranquilidad mientras buscamos lidiar con la incertidumbre del momento actual.
Afírmate en el presente.
En lugar de intentar predecir lo que podría suceder, pon tu atención a lo que está sucediendo en este momento. Al estar completamente conectados en “el ahora”, podemos interrumpir los supuestos negativos y las predicciones terribles que pasan por la mente, aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo general.
Retoma proyectos personales.
Puede que haya cosas que hayan quedado guardadas en un cajón y este sea el momento ideal para recuperarlas. Podemos utilizar bien el tiempo disponible que ahora tenemos, muchas de ellas a través del mundo de las redes. Todos tenemos la capacidad para ser creativos, desarrollarnos y ser productivos si hay algo que queríamos hacer o que teníamos pendiente y que antes no nos fue posible concretarlo.
Evalúa tu valentía personal.
Aprender a arriesgarnos de a poco es clave en momentos como estos. La zona de confort nunca da crecimiento. Este tiempo nos demuestra que a todos, de un modo u otro, nos ha tocado y no podemos mirar para otro lado. Aléjate de las personas que no suman, te dicen que no puedes o que lo que viene será peor y sé valiente.
Busca mantenerte motivado.
En momentos como estos es necesario mantener encendida esa energía interna de la motivación para avanzar. Esta viene de deseos que hay que generar. Conéctate con una imagen y usa tu capacidad imaginativa para motivarte. Lee, estudia, conoce, involúcrate más e infórmate para tener más recursos y nuevas expectativas.
Ofrece algo propio.
Todos tenemos algo para dar y en este sentido es recomendable no seguir a la mayoría. Tomate un tiempo para mirar en tu interior y poder ofrecer algo en la línea de lo propio. Dejar de reclamar esperando que las respuestas vengan de fuera y buscar en uno mismo lo que podemos dar de nosotros en estos tiempos que nos han tocado.
Recurre al diálogo.
La ansiedad es una forma de querer controlar lo que viene. Una sensación de inquietud que necesita ser cubierta y que se define por nuestra valoración de lo grave. Elige salir de ese estado de alerta constante. Medita, respira profundo, busca a tu Creador, dialoga con alguien que te transmita paz y descubrirás muchas cosas buenas y nuevas oportunidades.
Aprende en el camino.
Anhelamos el producto final, pero hay mucho por conseguir en el proceso. La dificultad le termina dando valores agregados a la vida y no hay que dejarse destruir psicológicamente. Tener una mentalidad de adaptación nos ayuda a continuar. No podemos permitir que las situaciones nos hagan víctimas. Tenemos libertad de poder elegir lo que queremos pensar y hoy algo que podemos vivir y aprender de ello.
Enfócate en lo que puedes controlar.
Cualquiera sea tu miedo o circunstancia, en lugar de preocuparte por lo incontrolable, intenta dirigir tu mente para tomar medidas sobre aquellos aspectos que sí están bajo tu control. Es posible controlar nuestra actitud y respuesta emocional y si te centras en lo que puedes hacer, pasarás de la preocupación y la reflexión ineficaces a la resolución activa de los problemas.
Pon orden en tus cosas.
Vas a invertir tiempo, cosas o incluso tu propio cuerpo y para todo eso el orden te dará funcionalidad. Tarde o temprano la oportunidad llegará. Como en el ajedrez, aprende a desarrollar el juego y no te encargues de atacar de primera para derribar al enemigo. Encárgate de que las piezas estén es su lugar, y cuando el momento llegue la pieza tendrá oportunidad para vencer. La expansión viene por sí misma, pero no podemos expandirnos si no estamos preparados.