No son las más importantes, ni las más bellas… son las mejor valoradas por el público. Puedes encontrar de todo…
Visitamos una de las webs de cine más visitadas en el mundo de habla hispana (filmaffinity) para comprobar cuáles son sus películas de temática religiosa mejor valoradas. Veremos cómo hay películas realmente hermosas y otras un poco más difíciles.
La pasión de Juana de Arco (La Passion de Jeanne d’Arc. Carl Theodor Dreyer, 1928)
Antes incluso que hablar de La pasión de Juana de Arco deberíamos hacerlo de Carl Theodor Dreyer. Se trata de un cineasta danés cuya obra ha girado siempre en torno al misticismo del ser humano.
Pero es que además es uno de los más grandes directores de la historia del cine, el problema es que sus películas no solo son en blanco y negro sino que muchas son también mudas.
De todos modos no sería el primero que se aventura a ver una película de Dreyer y de un momento a otro queda absolutamente extasiado.
Algo parecido es lo que ocurre con La pasión de Juana de Arco, no solo es una cinta cuya tragedia de la santa de Orleans trasciende lo cinematográfico sino que además es una obra cumbre absoluta. Cine en estado puro.
La palabra (Ordet. Carl Theodor Dreyer, 1955)
Ya lo hemos avisado. Para los cinéfilos las dos grandes obras maestras de Dreyer fluctúan entre La pasión de Juana de Arco y La palabra. Esta última no es muda, algo hemos avanzado para aquellos que les cueste atreverse con una película silente.
La palabra nos cuenta la historia de una familia danesa cuyo enfrentamiento religioso es continuo ya que uno de los hijos es un viejo estudiante de teología plenamente identificado con la figura de Cristo.
Es una película culminante y absolutamente irrepetible. Cuesta entrar en ella, es cierto, pero una vez que se consigue es imposible olvidarla.
El séptimo sello (Det sjunde inseglet. Ingmar Bergman, 1957)
Cambiamos de director aunque no salimos de Europa. Ingmar Bergman siempre fue considerado un teólogo ateo, lo que no implica que planteara interesantísimas preguntas a cerca de la vida, la muerte y el alma.
Lo más curioso de todo es que al final sus respuestas o al menos, sus bosquejos de respuestas, no desentonaran demasiado con el ideario católico.
Es el caso de El séptimo sello, una metáfora hecha cine donde salen a relucir cuestiones como la eternidad, el hombre, la justicia y la moral.
Dies irae (Vredens dag. Carl Theodor Dreyer, 1943)
Y de vuelta con Dreyer. No es la película más complaciente con el ideario católico pero sigue siendo una gran película que al fin y al cabo condena los fundamentalismos. La acción se desarrolla en plena caza de brujas y en muchos sentidos es una cinta muy ambigua. Su alegoría puede ser interpretada tanto a favor como en contra, ya es cuestión de lecturas.
Viridiana (Luis Buñuel, 1961)
De lejos es la película más irreverente de todas. Es una gran película pero seguramente resulte incómoda a determinadas sensibilidades religiosas. El film nos cuenta la historia de un viejo hidalgo español que vive retirado tras la muerte de su esposa. Un día recibe la visita de Viridiana, novicia de un convento.
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