Bosco Gutiérrez estuvo 9 meses encerrado en un zulo de escasos metros. Hoy aporta recomendaciones para tomarse el confinamiento con actitud positiva.El arquitecto mexicano Bosco Gutiérrez estuvo secuestrado durante 9 meses, tras los cuales logró escapar con vida. Su caso es sorprendente, entre otras cosas, por la fortaleza que mostró al regresar a la vida corriente.
Treinta años después, aplica esa experiencia al aislamiento que nos toca vivir en casi todo el mundo a causa de la pandemia del coronavirus. ¿Quedarse encerrado? ¿Hacerlo voluntariamente? Bosco autodecretó (para él y su familia) el aislamiento 15 días antes de que lo hiciera el gobierno de su país “en vista de lo que estaba sucediendo en China, Italia y España, y por lo que les empezó a ocurrir a algunos amigos que se contagiaron“.
Para hacer frente a una estancia prolongada en casa, que no nos permite salir excepto para casos de primera necesidad (compra de alimentos, medicinas, o trabajos imprescindibles), ¿cómo debemos actuar?
Por propia experiencia, Bosco recomienda los siguientes consejos prácticos:
Horario intenso.
No te dejes caer en el sofá. Márcate un plan de trabajo. La imaginación te puede hacer añicos así que no le des oportunidad. Levántate temprano y acuéstate temprano. Procura seguir el ritmo del sol.
Supervivencia del cuerpo.
Recuerda que nos aislamos por un motivo: no contagiarnos de un virus que puede ser letal. No contagiarnos ni contagiar a otras personas. Eso motiva a ser disciplinado.
Supervivencia del espíritu.
Va más allá de que queramos salvar el cuerpo. Es buen momento para recordar que estamos llamados a ser santos. Estoy llamado al cielo, sean cuales sean las circunstancias. El aislamiento es lo que ahora tengo en mis manos.
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Aprovecha el tiempo.
El tiempo es oro, aún en estas circunstancias. Lo que hagas en esta cuarentena puede ser muy productivo.
Libérate de la angustia.
Así estarás tranquilo. ¿Cómo lograrlo? Con la inteligencia. Gracias a que somos inteligentes, somos capaces de adaptarnos a las circunstancias. Toma con deportividad este período. Es lo que hay: adáptate a tu apartamento, a tu casa, ordénala, límpiala… Yo lo hice en un espacio de 3 metros de largo por 1 metro de ancho.
Dice Viktor Frankl, autor de “El hombre en busca de sentido”, que estuvo en un campo de concentración: “Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando es mala, transfórmala. Si no puede ser transformada, transfórmate tú”. Puedes cambiar tu actitud. Este confinamiento depende de cómo tú lo afrontes.
Crece en vida de oración.
Un aislamiento es una gran oportunidad para meditar, para pensar a fondo sobre los grandes temas de tu vida, y para hablar con Dios. Si uno no tiene fe, igualmente puede hacer introspección y enfocará mejor los asuntos.
Si acostumbras a rezar, esta etapa puede ser de gran valor para afianzarte y crecer en vida interior.
No tengas miedo a los sacrificios.
¿Haces ejercicio para fortalecer tu cuerpo? Bien. Pues el músculo más importante es la voluntad. La mortificación es un gran ejercicio y da beneficios a tu carácter. “Esto ahorita no” es una victoria en toda regla. Renunciar a cosas es virtuoso y eso es lo que puedes lograr, para ti y para la educación de tus hijos: que sean hijos fuertes.
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Cuida la salud física.
En estos días ten en cuenta la alimentación y haz ejercicio. Yo decidí no tomar azúcar y minimizar la sal. Hice 3 horas de ejercicio diarias: abdominales, jogging y footing a mi manera, levantando mucho las rodillas y sobre el mismo suelo porque no disponía de espacio. Así que tú puedes en el espacio de tu casa, tanto si es una mansión como si tiene 30 metros cuadrados.
Es importante cansarse para dormir bien: yo dormía como un bebé (¡pese a estar secuestrado!). ¿Cómo lograr hacer el deporte y no abandonarlo? Lo que yo hacía era buscar un motivo. Lo explico en el apartado siguiente.
Busca un motivo.
Para hacer algo, busca un motivo que te impulse a luchar por ello. Busca tu tesoro. ¿Cuál es tu tesoro? En mi caso eran mi esposa Gabi, mis hijos (7 cuando estaba secuestrado)… en resumen, mi gente. Ofrecía un minuto de footing por cada uno de ellos. Así no vas a fallar. Cuando hacía los abdominales, lo mismo: 50 abdominales por cada hijo y luego 50 abdominales por Gabi. Luego seguía con lagartijas (pectorales).
Y finalmente… haz algo.
En el aislamiento de tu casa, puedes hacer igualmente muchas cosas, pero ojo con el egoísmo: evita pensar solo en ti y en lo que te apetece.
Yo recomiendo que te marques una meta diaria con la que promuevas tu preocupación por los demás: con los de tu casa o bien con personas con las que puedes conectar por teléfono, vídeollamada, etc. Es el momento de recuperar amistades, de hablar con familiares a los que tenemos medio olvidados…