Estás invitado a rezarla en conexión con el Santuario de Fátima para consagrar a Portugal y España en plena pandemia por coronavirusUna masiva convocatoria circula por las redes sociales en España y Portugal para rezar el rosario y consagrar la Península Ibérica y sus islas al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María desde la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, este miércoles 25 de marzo a las 19,30 de la tarde hora local.
Esta es la oración que se rezó en esta ocasión:
Corazón de Jesucristo, médico de las almas, Hijo amado y rostro de la misericordia del Padre:
La Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son tuyas-
mira para tu costado abierto, que es su fuente de salvación, y te suplica:
En esta singular hora de sufrimiento, asiste a Tu Iglesia,
inspira a los gobernantes de las naciones,
escucha a los pobres y a los afligidos,
enaltece a los humildes y a los oprimidos,
sana a los enfermos y a los pecadores,
levanta a los abatidos y a los desanimados,
libera a los cautivos y prisioneros
y líbranos de la pandemia que nos afecta.
Corazón de Jesucristo, médico de las almas,
elevado en lo alto de la Cruz y palpado por los dedos del discípulo en la intimidad del cenáculo,
la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son tuyas-
te contempla como imagen del abrazo del Padre a la humanidad,
ese abrazo que, en el Espíritu del Amor,
queremos darnos unos a otros según tu mandato en el lavatorio de los pies, y te suplica:
En esta singular hora de sufrimiento, ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables,
conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores,
fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad,
sé la luz de los moribundos, acoge en Tu reino a los difuntos,
aleja de nosotros todo mal y líbranos de la pandemia que nos afecta.
Corazón de Jesucristo, médico de las almas e Hijo de Santa María Virgen,
por medio del Corazón de tu Madre,
a quien se entrega la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que desde hace siglos son suyas-
y en tantos otros países, acepta la consagración de tu Iglesia.
Al consagrarse a tu Sagrado Corazón, la Iglesia se entrega a la protección del Corazón Inmaculado de María,
configurado por la luz de tu pascua y aquí revelado a tres niños como refugio y camino que conduce a tu Corazón.
Sea Santa María Virgen, Nuestra Señora del Rosario de Fátima,
la Salud de los Enfermos y el Refugio de tus discípulos nacidos junto a la Cruz de Tu amor.
Sea el Inmaculado Corazón de María, a quien nos entregamos, quien diga con nosotros:
En esta singular hora de sufrimiento, acoge a los que perecen,
da aliento a los que a Ti se consagran y renueva el universo y la humanidad.
Amén.
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