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El Papa a sacerdotes y consagrados: Ánimo, no tengan miedo

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 24/03/20
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Francisco envía un mensaje esperanzador

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“Las palabras de la vocación” fue el tema elegido por el papa Francisco para celebrar en 2020 la 57ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

El mensaje se publicó el 24 de marzo de 2020, en medio de grandes pérdidas de vidas humanas por el Covid-19.

El Papa rezó recordando los gestos heroicos de estos sacerdotes, ejemplo para quien está cerca a los pacientes de coronavirus. 

Agotamiento 

“En la vocación específica que estamos llamados a vivir, estos vientos pueden agotarnos. Pienso en los que asumen tareas importantes en la sociedad civil, en los esposos a los que —no sin razón— me gusta llamar “los valientes”, y especialmente en quienes abrazan la vida consagrada y el sacerdocio”. 

"Ánimo, ¡no tengáis miedo! Jesús está a nuestro lado y, si lo reconocemos como el único Señor de nuestra vida, Él nos tiende la mano y nos sujeta para salvarnos”, expresó. 

Alabanza 

Y entonces, dijo el Papa, “aun en medio del oleaje, nuestra vida se abre a la alabanza. Esta es la última palabra de la vocación, y quiere ser también una invitación a cultivar la actitud interior de la Bienaventurada Virgen María".

"Ella, agradecida por la mirada que Dios le dirigió, abandonó con fe sus miedos y su turbación, abrazó con valentía la llamada e hizo de su vida un eterno canto de alabanza al Señor”, continuó.

Al final, el Papa deseó que la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones "abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero”. 

Así, el Papa rememora la luz de un pasaje evangélico que nos “cuenta la singular experiencia de Jesús y Pedro durante una noche de tempestad, en el lago de Tiberíades (cf. Mt 14,22-33)”. 

En el mensaje, el Papa insistió que “toda vocación nace de la mirada amorosa con la que el Señor vino a nuestro encuentro, quizá justo cuando nuestra barca estaba siendo sacudida en medio de la tempestad”. 

Ánimo

Francisco escribió: justamente “la segunda palabra que deseo daros: ánimo”.

"Cuando estamos llamados a dejar nuestra orilla segura y abrazar un estado de vida —como el matrimonio, el orden sacerdotal, la vida consagrada—, la primera reacción la representa frecuentemente el “fantasma de la incredulidad”: No es posible que esta vocación sea para mí; ¿será realmente el camino acertado? ¿El Señor me pide esto justo a mí?”. 

Matrimonio

El Papa sostuvo que “casarse o consagrarse” requieren “valentía”. “Él conoce las preguntas, las dudas y las dificultades que agitan la barca de nuestro corazón, y por eso nos asegura:

La fe en su presencia, que nos viene al encuentro y nos acompaña, aun cuando el mar está agitado, nos libera de esa acedia que ya tuve la oportunidad de definir como "tristeza dulzona" (Carta a los sacerdotes, 4 agosto 2019), es decir, ese desaliento interior que nos bloquea y no nos deja gustar la belleza de la vocación”.

Fatiga

Así, se refirió “a la fatiga”. Toda vocación implica un compromiso.

Las fuerzas del mal cesan 

Finalmente, cuando Jesús subió a la barca, el viento cesó y las olas se calmaron.

Es una hermosa imagen de lo que el Señor obra en nuestra vida y en los tumultos de la historia, de manera especial cuando atravesamos la tempestad: Él ordena que los vientos contrarios cesen y que las fuerzas del mal, del miedo y de la resignación no tengan más poder sobre nosotros”.

Firmado en Roma, en San Juan de Letrán el 8 de marzo de 2020, el Mensaje del Papa por las vocaciones está dirigido a los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles de todo el mundo, personas casadas, comprometidas en la sociedad civil.

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