El Vaticano ha enviado una misiva para que acepten la autoridad del cardenal Raymundo Damasceno La carta autorizada por el papa Francisco – según confirman fuentes vaticanas a Aleteia – indica que ‘todas las ramas’ de los Heraldos del Evangelio deberán ser intervenidas por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), incluidas aquellas seculares.
Las motivaciones de la visita apostólica de 2017 y ahora, de la decisión de comisariar a los Heraldos, con la directa autoridad del papa Francisco, están ligadas a deficiencias en el estilo de gobierno, la vida de los miembros del Consejo, el cuidado pastoral de las vocaciones, la formación de nuevas vocaciones, la administración, la gestión de las obras y la recaudación de recursos.
La intervención está siendo llevada a cabo por la CIVCSVA, congregación de la Santa Sede que se ocupa de la vida religiosa y de los institutos seculares en materia de “régimen, disciplina, estudios, bienes, derechos, privilegios”.
La CIVCSVA ha consignado una misiva a mediados de enero a la atención de Felipe Eugenio Lecaros Concha, presidente de los Heraldos del Evangelio cuya asociación se encuentra bajo autoridad del cardenal Raymundo Damasceno, Arzobispo Emérito de Aparecida, nombrado Comisario Pontificio.
El pasado 17 de octubre, el cardenal Damasceno notificó oficialmente el inicio de la intervención. La investigación se abrió en el año 2017, seguida de una visita apostólica, cuando llegaron a la Santa Sede inquietantes vídeos, cartas y otros materiales, en los que se denuncian ritos de exorcismo no permitidos por la Iglesia y abusos.
Además se investiga el culto ‘arbitrario’ de la figura de João Scognamiglio Clá Dias, Fundador de los Arautos do Evangelho y de las Sociedades de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli e Regina Virginum.
El Vaticano, como en otros casos similares, había explicado la decisión de la Santa Sede asegurando que “no debe considerarse como una sanción, sino como una iniciativa encaminada al bien de las instituciones comisarias para intentar resolver los problemas existentes”.
A pesar de ello, los Heraldos del Evangelio se mostraron poco colaborativos y habían emitido un comunicado el pasado 19 de octubre de 2019 en el que alegaban desconocer a los enviados papales porque el decreto escrito en el Vaticano los mencionaba como una asociación pública de fieles, cuando, en cambio, eran una asociación privada de fieles.
Asimismo, no aceptaban el “inicio del Comisariado” porque se consideraban bajo dependencia directa del Dicasterio para los Laicos, la familia y la vida, que, en cambio, ha designado una delegación, pues no está por encima de la decisión y de la autoridad papal recibida por la CIVCSVA, debido a que los Heraldos responden al derecho pontificio, como institución aprobada por la Santa Sede el 22 de febrero de 2001.
Por su parte, los Heraldos del Evangelio, “debido a los errores de base” de la notificación vaticana inicial clamaron a la “invalidez”. Ahora, con esta nueva misiva apoyada por el papa Francisco y con la corrección de los postulados del caso (expuestos en otra carta de noviembre de 2019), no deberían sino aceptar la autoridad vaticana.
Esto significa permitir la revisión del cardenal Damasceno y facilitar la misión de sus colaboradores: el obispo auxiliar de Brasilia, José Aparecido Gonçalves de Almeida y la superiora general de las Hermanas de la Divina Providencia, Sor Marian Ambrosio I.D.P.
Con la aprobación del Papa, el Comisario Pontificio tiene la misión de controlar las actividades también las dos ramas masculina y femenina: la Sociedad de Vida Clerical Apostólica Virgo Flos Carmeli y la Sociedad de Vida Apostólica Femenina Regina Virginum, ambas nacidas del seno de los Heraldos y que habían obtenido el reconocimiento pontificio en 2009.
Los Heraldos del Evangelio están presentes en varios países del mundo y se reconocen por su hábito marrón y blanco, con una gran cruz en el pecho, similar a la de los caballeros medievales.
Su fundador es monseñor João Scognamiglio Clá Dias, antiguo miembro de la asociación católica tradicionalista y contrarrevolucionaria brasileña TFP (Tradición, Familia y Propiedad), que más tarde fue desmembrada y de una de sus ramas convertida en autónoma completamente, nacieron los Heraldos del Evangelio, según informó el Vaticano.
