¿Cuál es la raíz de la proliferación de la culpa en la maternidad?
Existe un fenómeno actual que paraliza e impacta la labor de las madres en todo el mundo: la culpa. No importa si es por el número de hijos, por el tipo de crianza que practicamos, por la alimentación que le damos o por la cantidad de tiempo que pasamos con ellos; las madres actuales sentimos culpa por todo aquello que carecemos o por lo que nos gustaría hacer por la felicidad de nuestros hijos.
¿Cuál es la raíz de la proliferación de la culpa en la maternidad?
Existen muchas razones por las cuales la sensación de culpa ha aumentado.
En primer lugar, el fácil acceso a la información: hoy en día conocemos mucho más sobre crianza y maternidad, existen muchas teorías psicológicas, nutricionales y educativas sobre lo correcto y lo incorrecto. Esta información está al alcance de nuestras manos, y muchas veces no sabemos si lo que hacemos es suficiente, o si lo estamos haciendo bien.
Otra razón importante es la multiplicación de roles que se esperan de la mujer: antes se cumplía con un rol a la vez, sin embargo, hoy se espera que seamos perfectas madres, esposas, trabajadoras, deportistas, y que continuemos igual de guapas que cuando éramos jóvenes. Como esto es imposible, siempre hay algún rol que va a sufrir y eso generalmente nos llena de culpa.
La proliferación imágenes “perfectas”de las redes sociales es también un disparador del sentimiento de culpa, al consumirlas, comparamos nuestras vidas con las de nuestras amigas, estrellas famosas o incluso desconocidas, y siempre encontramos algo en lo que fallamos.
La sensación de culpa no es aliada de las madres. La mayoría de las veces nos paraliza, nos hace dudar de nosotras mismas y nos pone tristes. Nos manda un mensaje que nos dice que no somos suficientes, y nada más alejado de la realidad.
Nuestros hijos son un regalo, y nosotras como madres somos un regalo para ellos: fuimos puestas en este mundo para ser su madre, y no hay nadie en este mundo que lo haría mejor.
¿Cómo erradicar entonces el sentimiento de culpa de nuestras vidas?
Maneja las expectativas
Si tus expectativas son irreales e imposibles de realizar, estás destinada a sentir culpa cuando falles. Es preferible establecer metas reales a las que sabemos que podamos llegar como madres, enfocadas en nuestra propia realidad y no en la de los demás.
Escoge tus batallas
No puedes pelearlas todas, así que mejor plantea cuales son las verdaderamente importantes y asegúrate de triunfar solo en esas. Lo que no es importante, no merece nuestro sentimiento de culpa.
Aprende a soltar
Muchas veces es necesario reconocer que no llegamos a todo, que hay momentos en los que no podemos estar y que hay fallas que no somos capaces de subsanar. Es el momento entonces de ser humildes, pedir ayuda a los demás y aprender a abandonarnos un poco en Dios.
Recordemos que, así como queremos a nuestros hijos, Dios los quiere mucho más, y debemos confiar en que Él nos suple en aquellas ocasiones en las que nosotros fallemos.