La guerra y las armas no son la solución a los problemas que afligen al mundo de hoy.
La escalada de la tensión entre Estados Unidos e Irak crea “aprensión” y “preocupación” en la Santa Sede. El papa Francisco “reza por la paz”. Así lo ha contado el Nuncio Apostólico en Irán, el arzobispo Leo Boccardi, en unas declaraciones a Vatican News. La “buena política –añade—está al servicio de la paz”, no solo en la región del Oriente Medio, sino en todo el mundo.
Tras el “asesinato” (así lo llama la publicación vaticana) del general Qassem Soleimani, por parte de un atentado que, según la prensa americana, fue ordenado personalmente por el mismo Donald Trump, se han creado situaciones muy tensas en Irán, con palabras de “dura venganza” pronunciadas por el ayatola Alí Jomeini, Guía Supremo de la revolución iraní.
El nuncio Boccardi afirma que, frente a esta situación de alta tensión, la Santa Sede hace un llamamiento “a todos a la negociación y a creer en el diálogo sabiendo, como siempre nos ha enseñado la historia, que la guerra y las armas no son la solución a los problemas que afligen al mundo de hoy. Debemos creer en la negociación. Debemos creer en el diálogo. Debemos renunciar al conflicto y fortalecernos con las otras “armas” de la justicia y la buena voluntad”.
Y para usar estas “armas”, continúa el Nuncio, “debemos seguir haciendo todos los esfuerzos posibles para llamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación en el Oriente Medio. Una situación que debe ser resuelta y todos deben ser llamados a la responsabilidad directa que tenemos. “Pacta sunt servanda” (Los pactos deben mantenerse), dice una importante regla de la diplomacia. Y las reglas de la ley deben ser respetadas por todos”.
Ayer, el diario vaticano “L’Osservatore Romano” ya mencionó que no se pueden “resolver los conflictos con la violencia, sino con el diálogo, y denunció que “nunca se había llegado en los últimos años, en la confrontación entre dos países históricamente rivales, a un nivel de tensión tan alto”.
Especial dolor ha causado en el Vaticano la alta tensión de los últimos días entre Estados Unidos e Irán, cuando hacía dos días el papa Francisco acaba de celebrar, con toda la Iglesia católica, la Jornada Mundial de la Paz, que como cada año tiene lugar el día 1 de enero.
La crisis entre Irán y los Estados Unidos comenzó en mayo de 2018, cuando Washington se retiró del acuerdo nuclear de Irán con las seis potencias nucleares (USA, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania).
El acuerdo se firmó en 2015, cuando era presidente norteamericano, Barak Obama y costó dos años de negociaciones. Los Estados Unidos, siendo presidente Donald Trump y de acuerdo con el presidente israelí, Benjamín Netanyahu, no se fio de la buena voluntad de Irán de reducir su programa de enriquecimiento de uranio al uso pacífico, en contra del criterio de las demás potencias.
Estados Unidos cuenta, en esta ocasión, con el apoyo de Israel y Arabia Saudí, las principales potencias hoy de Oriente Medio, y que quiere debilitar a Irán.
Como se sabe, el presidente Donald Trump se enfrenta este año con un proceso o juicio político (“impeachment”) para su destitución, además de las elecciones presidenciales norteamericanas previstas par noviembre de este año en curso.