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Los ancianos son los más vulnerables – y olvidados – de la población

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Salvador Aragonés - publicado el 14/12/19
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El maltrato y abuso a los mayores puede ser psicológico, económico, la soledad, la negligencia,: solo se notifica uno de cada 24 casos de abusos en la gente mayor 

Un día le pregunté al Defensor del Pueblo de mi país y le dije: ¿cuál de los tres segmentos de población es el más vulnerable? ¿Los niños, las mujeres o los ancianos? Y me contestó: “Sin alguna duda, en las sociedades industrializadas, las personas mayores”. Y añadió: “entre las quejas que se reciben y las muchísimas más que no se reciben, es sin duda el colectivo humano más vulnerable”.

Hubo una época, hace unos años, que los medios se fijaban mucho en la vulnerabilidad de los niños, y se redactaron textos internacionales sobre los derechos del niño, los estatutos del niño, etc. Luego vino la presión mediática a favor de reconocer al colectivo gay, y ahora estamos en el empoderamiento de la mujer y la defensa de un feminismo, a veces muy radical.

¿Y los ancianos? Parece que el único que los defiende con firmeza es el papa Francisco, que tiene palabras muy bonitas en defensa de las personas mayores. Ellas son las que nos han precedido y han transmitido los valores familiares, sociales y nacionales a las nuevas generaciones. Los abuelos van respetados, dice el Papa, no pueden ser tratados como unos inútiles, o como mercadería de “descarte”.

Hay también algunas organizaciones y ONG,s que se ocupan de los mayores, como algunos departamentos de la ONU, pero tal vez no tienen la visibilidad pública del papa Francisco.

Escuché una conferencia del catedrático de Gerontología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. José Manuel Ribera Casado, que es hoy un gran defensor de los derechos de las personas mayores (mayores de 60 años). En su conferencia, pronunciada en la Real Academia Europea de Doctores, manifestó que en la sociedad hoy, “el abuso y los maltratos a las personas mayores es un problema frecuente e ignorado”.

Estos abusos y maltrato se dan en el plano económico, psicológico, negligente y personal, basado principalmente en la soledad, ante personas realmente indefensas. Puede verse en los hospitales o hablando con ellos: según diversos estudios, sólo se notifican “uno de cada 24 casos de abusos en la gente mayor”. Señaló también que una de cada seis mujeres mayores son víctimas de abusos sexuales, dijo el profesor Ribera Casado. Su disertación estuvo basada en numerosos estudios y tesis doctorales que se han publicado recientemente.

Uno de los maltratos a los mayores es “la negligencia”: no se cuida lo necesario en el vestido, la alimentación, los medicamentos, la limpieza personal o de su entorno, etc. No digamos en el caso psicológico donde uno o más fa miliares o el cuidador usan un lenguaje irrespetuoso, o abusan económicamente de ellos (hay delitos contra el patrimonio), o los amenazan que los abandonarán o los pondrán en una residencia, etc.

“Se llega a tratar a las personas –dice el profesor Ribera Casado– como si fueran un objeto… Se habla de los mayores en términos despectivos, con comentarios inapropiados, falta de respeto” e incluso insultos. A veces se llega hasta a la agresión directa. Se considera a los mayores como personas que sobran, que ya no aportan nada, que hay que descartar.

Existe un maltrato institucional, añadió el doctor Ribera Casado. Es el caso de los hospitales donde ya no se aplican determinados protocolos porque “son personas mayores”, como por ejemplo el protocolo del “ictus”, que en algunos sitios deja de aplicarse “a los mayores de 80 años”. O cuando en los hospitales se tarda más en atenderlos porque son mayores.

En un hospital universitario de Italia se hizo una encuesta entre el personal sanitario, y entre el 47 por 100 consideraban que la negligencia (no darle las medicinas a tiempo, no limpiarlos, descuidar el tipo de comida, etc.) “no era un abuso”.

Hay también un problema serio en la soledad que sufren los ancianos, que lleva a depresiones muchas veces. En las grandes capitales europeas, mas de la mitad de las personas mayores de 60 años viven solas. Según ha dicho el papa Francisco, no debemos esperar lo que “nos aporten” los mayores, que ya han aportado mucho, sino el cariño y el amor que les debemos todos.

Frente a ello, es necesario concienciar a las familias, a los medios de comunicación, al personal sanitario y a las administraciones sanitarias, para que consideren al anciano una persona normal igual a las otras, aunque tenga una o más facultades disminuidas. La eutanasia, como se ha visto en Holanda y otros países, no es la solución, sino que agrava los problemas de los mayores, como se ha demostrado y dicho en numerosas ocasiones.

Este año el lema de la ONU: “Viaje hacia la igualdad de la edad”.

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