La investigación se abrió en el año 2017,cuando llegaron a la Santa Sede inquietantes vídeos, cartas y otros materiales, en los que se denuncian ritos de exorcismo no permitidos por la Iglesia Los Heraldos del Evangelio afirman no reconocer a los enviados del papa Francisco en el marco de una investigación abierta por la Santa Sede en 2017 por posibles deficiencias en el estilo de gobierno, la vida de los miembros del Consejo, el cuidado pastoral de las vocaciones, la formación, la administración, la gestión de las obras y la recaudación de recursos.
“No reconocemos a Vuestra Eminencia en cuanto ‘Comisario’ de la Asociación Privada de Fieles Heraldos del Evangelio, de la que yo soy Presidente elegido legítimamente”, se lee en un comunicado divulgado por la institución en nombre del líder del movimiento, Felipe Eugenio Lecaros Concha.
La respuesta de los Arautos do Evangelho, obra iniciada hace más de cincuenta años, está dirigida al cardenal brasileño Raymundo Damasceno Assis que el pasado jueves 17 de octubre se encontró en Brasil con el presidente de la Asociación para abrir un proceso de investigación.
El cardenal viajó acompañado por monseñor José Aparecido Gonçalves de Almeida, Obispo Auxiliar de Brasilia, siendo portadores de un Decreto de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica para notificar oficialmente el inicio del proceso.
Batalla legal
Los Heraldos consideran la “absoluta invalidez y completa ilegalidad” del decreto por el cual se ha abierto la investigación, en tanto que, desde su punto de vista, contiene “errores de base” y “que han generado graves ilegalidades canónicas”. De hecho, afirman que se “pretende comisariarla de una manera encarnizada y arbitraria”.
Lecaros sostiene que la Santa Sede se refiere a ellos como a una “asociación pública de fieles” cuando ellos están aprobados como “asociación privada de fieles”, lo que les lleva a sostener que el acto de “comisariar” violaría para ellos “el derecho sagrado e inviolable que tienen los fieles de asociarse en la Iglesia, con sus propios estatutos y sus propias autoridades”.
Y argumentó que hay un error porque “es como si un oficial de justicia se presentara en la casa de ‘Antonio López’ con una notificación para ‘Pedro Rodríguez’”. “Del mismo modo, los Heraldos del Evangelio no pueden recibir un decreto que está dirigido a otra asociación”, sostienen.
“En segundo lugar, porque la institución de los Heraldos del Evangelio, al ser una “Asociación Privada de Fieles”, no es pasiva de un comisariado, según lo establecen los límites de la ley canónica, basada en el derecho natural”, añaden.
Comisario pontificio
El pasado 23 de septiembre 2019, el Vaticano informó de la decisión del Papa Francisco de nombrar comisario pontificio, al cardenal brasileño Damasceno Assis, con la tarea de dirigir la asociación fundada por Monseñor Scognamiglio Clá Dias (78 años).
Después de la visita apostólica iniciada hace dos años, la asociación había sido comisariada, junto con las dos ramas de la vida consagrada masculina y femenina, según la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica dirigida por el cardenal portugués João Braz de Aviz.
El 23 de junio de 2017, la Congregación, de acuerdo con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, había convocado “una visita apostólica” a la institución.
El Vaticano define a los Heraldos del Evangelio como una asociación internacional de fieles de derecho pontificio, la primera erigida por la Santa Sede en el nuevo milenio, el 22 de febrero de 2001, bajo el pontificado de Juan Pablo II. En 1971 nacen como movimiento de laicos.
Vestidos casi como caballeros medievales
Los Heraldos están presentes en 70 países y cuentan con cerca de 4000 miembros. Son fácilmente reconocibles por su hábito marrón y blanco, con una gran cruz en el pecho, similar a la de los caballeros medievales. Las botas de ‘jinete’ simbolizan su misión de llevar el Evangelio por el mundo y el capuz para mantener las vistas elevadas en los horizontes de la fe. Llevan un rosario y en la cintura una cadena: señal de que son esclavos ‘voluntarios’ de Dios.
Las dos Sociedades de Vida Apostólica, Virgo Flos Carmeli, para hombres y, Regina Virginum, para mujres, habían obtenido el reconocimiento pontificio en 2009 durante el papado de Benedicto XVI.
Su fundador es Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, antiguo miembro de la asociación católica tradicionalista y contrarrevolucionaria brasileña TFP (Tradición, Familia y Propiedad), que más tarde fue desmembrada y de una de sus ramas convertida en autónoma completamente, nacieron los Heraldos del Evangelio.
El demonio
En el tiempo de su renuncia, el 12 de junio 2017, monseñor Clá Dias, fue protagonista de la crónica por un video publicado y removido de varios servidores online, sin determinar la fecha de realización, en el que instruye a sus sacerdotes sobre extrañas afirmaciones de un cura exorcista del movimiento sobre el Papa Francisco. En la transcripción se señaló: Satanás dijo que Francisco es “estúpido” y hace “todo lo que quiero”.
En el vídeo, en manos de autoridades vaticanas se enunciaba: “¿Y el Vaticano?”, Pregunta el sacerdote al demonio. Respuesta del demonio: “Yo estoy en su cabeza. Él es mío. Trabajo en su cabeza. Él hace todo lo que quiero. Él es un estúpido. Él me sirve”.
“Pregunta el sacerdote:” ¿Cómo será su muerte? “Dice el demonio:” Él se resbalará y caerá. Se golpeará la cabeza. Pero todavía falta un poco. Será en el Vaticano. Y vendrá otro papa, Rodé (el nombre citado es del cardenal esloveno Franc Rodé, de 82 años). Y será bueno.
En ese entonces, la publicación inglés, The Tablet, entrevistó el padre Angel Veiga, un líder de la orden con sede en Roma, que minimizó el impacto del video, pues, según su opinión fue “sacado de contexto”, y que lo que se dijo en él no equivale a la posición de los Heraldos. Simplemente estaban transmitiendo el mensaje de Satanás. “Es el diablo, ¿no? El diablo es el padre de las mentiras”, explicó el sacerdote.
La defensa
Según Humberto Goedert, quien se presenta como abogado brasileño, laico, portavoz y miembro del movimiento durante la visita apostólica realizada por el cardenal Damasceno Assis y el obispo Gonçalves de Almeida “no se encontró nada en contra de la moral, la sana doctrina o las leyes eclesiásticas y civiles”.
El portavoz afirma que se trata de una persecución religiosa en pleno siglo XXI, “disfrazada de falsas ideologías” que los visitadores no presentaron alguna respuesta a los Heraldos después de su defensa y de los argumentos ofrecidos durante la visita autorizada por el Papa.
“Si bien reconocen que, según el derecho vigente, ellas puedan ser objeto de un Comisariado, pues son entidades públicas de la Iglesia, las Sociedades piden que sean respetados sus derechos que consideran haber sido lesionados en el proceso en curso y, sobre todo, que sean aclaradas las razones concretas graves que lo hayan motivado”.
Mileniarismo
La investigación que inició en junio 2017, también señalaba- según fuentes periodísticas – que los Heraldos del Evangelio debían dar respuestas respecto a posiciones cercanas al milenarismo, es decir la doctrina según la cual Cristo volverá para reinar fisicamente en la Tierra durante mil años, antes del último combate contra el mal, produciendo la condena del diablo.
Andrea Tornielli, entonces director del Vatican Insider (La Stampa), citando a fuentes vaticanas informó que la Santa Sede quería aclarar porque los “Heraldos”, estaban convencidos de que “gracias a la Virgen de Fátima estaba por llegar una especie de fin del mundo en el que triunfará monseñor João Scognamiglio Clá Dias”. Así divinizando al fundador.
“Los sacerdotes dialogan sobre exorcismos en los cuales el diablo anuncia que el mismo fundador se convertirá en Papa (‘Las llaves pontificias están en las manos del demonio, pero están por pasar a las manos de monseñor João’), y que las fuerzas satánicas lo temen más que nada en el mundo. Un demonio mediante la persona exorcizada habría dicho: ‘Arrójame más agua santa, pero no agua que haya pasado por las manos de monseñor João’, escribía Tornielli.
Por otro lado, Tornielli cita a un sociólogo, Massimo Introvigne, que ha estudiado durante años los movimientos derivados del TFP (Tradición, Familia y Propiedad), quien afirma que “muchos indicios sugieren que dentro de los “Heraldos del Evangelio” se practica una especie de culto secreto y extravagante a una especie de trinidad compuesta por Plinio Corrêa de Oliveira (fundador del movimiento que muere en 1995), su madre Donna Lucilia y el mismo monseñor Clá Dias”.
Apoyo vaticano para su crecimiento
El ex líder de los Heraldos, quien fuera nombrado por Benedicto XVI en 2008 canónico honorario de Santa María Mayor en Roma, ha negado que él impulsara este culto personalista y que la Iglesia no permite. Los Heraldos se inspiran en san Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), teólogo que dedicó su vida a argumentar la verdadera devoción a la Virgen.
Ahora, tras la negativa de los Heraldos al reconocimiento de los enviados del Papa, se espera la respuesta de la Santa Sede en términos legales y pastorales. Pues, además, bajo las diversas ramas del movimiento existen obras de apostolado que involucran escuelas para niños y jóvenes, centros de formación en filosofía y teología, evangelización de familias con ‘cooperadores’ casados y solteros del movimiento.
Asimismo, existen parroquias que les piden realizar cursos de formación, catequesis. Igualmente, manejan con la autorización de los obispos locales, el fondo de la misericordia, es decir una colecta para obras de caridad. Juan Pablo II y Benedicto XVI han apoyado esta obra y el cardenal Franc Rodé por mucho tiempo les sirvió de apoyo dentro de la curia romana. La posición de la Santa Sede es sostener el Movimiento, pero corregir lo que haya que corregir para seguir adelante.