“Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces”
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En el arte medieval, la genealogía de Cristo descrita en los Evangelios según Mateo y Lucas se presenta a menudo en forma de árbol. Mientras que la genealogía de Mateo empieza con Abraham y termina con Jesús, la genealogía de Lucas va en la dirección contraria, empieza desde Jesús y se retrotrae hasta llegar a Adán.
Ambas genealogías, al margen de la dirección “ascendente” o “descendente” que sigan, presentan a Jesús como perteneciente al linaje de David, hijo de Jesé. De hecho, esto es lo que les permite entender que el nacimiento de Jesús se corresponde con la profecía recogida en el libro de Isaías (cf. Isaías 11,1), donde se lee: “Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor”.
Esta metáfora vegetal que empleó el mismo profeta fue asumida posteriormente por los artistas medievales para representar la genealogía de Jesús de una forma relativamente sencilla. Es más, la traducción latina de este pasaje permitió a los artistas añadir algunos personajes más al árbol. En la Vulgata, el pasaje mencionado dice así:
“Et egredietur virga de radice Iesse et flos de radice eius ascendet”
Mientras que flos significa ‘flor’, virga significa ‘rama nueva’, ‘brote’ (o ‘retoño’) o ‘vara’. Pero también es un juego de palabras muy conveniente, ya que se acerca bastante a la palabra virgo (que es ‘virgen’ en latín). En ese sentido, era natural que el Árbol de Jesé (la ‘virga’ de Jesé) terminara con la Virgen María coronando el árbol y sosteniendo a Jesús en sus brazos.
La mayoría de imágenes del Árbol de Jesé muestran la figura de Jesé (a menudo más grande que el resto de los presentes en la imagen) bien recostada o durmiendo, de forma similar a Adán cuando se le extrajo su costilla. De su costado o de su ombligo asciende el tronco de un árbol (a veces una vid) que extiende sus ramas hacia ambos lados. El tronco, por fin, se yergue verticalmente hasta llegar a María y Cristo en lo más alto. El empleo común actual de la expresión “árbol familiar” o “árbol genealógico”, como cabía esperar, deriva de este motivo medieval.