Por sorpresa, el Pontífice ha salido del Vaticano para visitar la comunidad “Nuovi Orizzonti” (Nuevos Horizontes) que hace parte de la obra “Ciudad del Cielo” de Chiara Amirante
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El papa Francisco acostumbra a salir un viernes al mes del Vaticano para visitar obras de caridad, en una tradición que tuvo inicio en el jubileo de la misericordia y bautizada: ‘los viernes de misericordia’. Pero, esta vez, adelantó su día, este martes, 24 de septiembre, se trasladó por sorpresa del Vaticano hasta Frosinone, ubicada a las fuera de Roma, casi a 95 kilometros distante de los ‘muros leoninos’.
El tenor italiano Andrea Bocelli acompañó a las 9 de la mañana al Papa a visitar la ‘Ciudadela del Cielo’, estructura que apoya a la comunidad de asistencia “Nuovi Orizzonti” (nuevos horizontes) dedicada a la acogida de familias, jóvenes en dificultad y mujeres víctimas de la prostitución, entre otras situaciones de vulnerabilidad. Bocelli fue el encargado de cortar la cinta para inaugurar la nueva estructura.
La visita no fue anunciada y los cronistas ni se enteraron de la salida del coche con el Papa del Vaticano. Francisco conversó con los jóvenes, los huéspedes, el personal de la comunidad, asimismo almorzó allí, plantó un olivo, celebró la misa y a las 16:50 regresó al Vaticano.
‘Ciudadela del Cielo’, es propiedad de Chiara Amirante, 52 años, periodista y bloguera. Se trata de una obra fundada en 1993 que ofrece hospitalidad y apoyo a personas con problemas, a través de centros de escucha y protección de la vida, casas-residencia para familias, lugares y laboratorios para el encuentro y la reintegración laboral.
El objetivo de la obra es proteger la vida desde su nacimiento hasta el final, auxiliando a personas heridas en el camino y que, por diversas razones, terminaron en el túnel de las drogas, la adicción, el juego, la prostitución, la exclusión social, incluso viviendo el rechazo de la propia familia.
Hace 25 años era solo un sueño, que nació en los alrededores de la Estación central de trenes de Roma, Termini, para auxiliar a 27 jóvenes de sus ‘infiernos personales’, y, hoy es una realidad; una casa espiritual para más 700 mil personas que cuentan sus testimonios en los cinco continentes.
Chiara Amirante ha escrito libros y divulga el evangelio de la caridad. Su obra le ha valido varios reconocimientos. El periódico católico, Avvenire, la ha premiado el pasado 31 de julio por su testimonio.
Tras las palabras de Chiara Amirante y los testimonios de dos jóvenes de la comunidad, el tenor Bocelli y su hijo Matteo cantaron juntos “Fall On Me” y confirmado su servicio a la comunidad, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Por su parte, el cantante Andrea Bocelli es un huésped que acude a menudo al Vaticano. El 3 de julio de 2015 fue el artífice, con su voz, de un momento muy emotivo, cuando cantó Amazin Grace en la Plaza de San Pedro frente al Papa Francisco y ante la presencia de líderes de otras confesiones cristianas que participaron en el Congreso Nacional de la Renovación en el Espíritu Santo.
Bocelli se definía agnóstico, pero descubrió la fe siendo adulto: “Sin fe la vida es la crónica de una muerte anunciada”. La madre de Bocelli sufría de apendicitis y el médico le recomendó abortar porque el niño nacería con graves problemas. Bocelli, ciego desde el nacimiento, cuenta esta historia para invitar a aferrarse a la vida que trae sufrimiento, pero también muchas sorpresas. “Creo que mi madre estaba muy feliz de la decisión que tomó”, dijo en una entrevista de febrero de 2019 a la RAI.