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Emociónate con la renovación de la consagración de estas religiosas no videntes

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Esteban Pittaro - publicado el 15/09/19
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No pueden ver, pero acariciaron a Jesús y María con tanto amor que la gente se conmovió al verlas

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María Antonia, Margarita, y Virginia, Hermanas Sacramentinas No Videntes, cumplieron 25 años de vida consagrada.

Son tres religiosas miembros de la familia de Don Orione. Como la describía el santo, “flor ante el trono de la Santísima Virgen, para que Ella misma, con sus benditas manos, la ofrezca a Jesús Sacramentado”.

En su aniversario, las hermanas fueron reconocidas por la Iglesia local en la que sirven, Lomas de Zamora. Se enmarcó en la Misa por el Día de la Vida Consagrada.

El obispo de esa diócesis Jorge Lugones les reconoció su “entrega de tantos años” a la adoración al Señor en la Eucaristía, “carisma que nos ayuda a trascender y enriquece la Iglesia”.

Durante la emotiva ceremonia, las religiosas no videntes renovaron ante la imagen de la Virgen María el ofrecimiento de sus vidas.

Lo hicieron viendo a María Santísima y al niño Dios con sus manos, acariciándolos y contemplándolos, aún sin verlos. Con un amor inmensurable que conmovió a todos los presentes y podemos compartir en este video.

Gentileza: Obispado de Lomas de Zamora

Un carisma especial

Las Hermanas Sacramentinas no Videntes se distinguen por llevar un hábito blanco, simbolizando la pureza y la vida.

También un escapulario rojo connotando el amor y la sangre de Jesucristo, y una hostia bordada sobre el pecho.

San Luis Orione estaba convencido de que además de las vocaciones que se entregaban a los más necesitados, debían existir también aquellas que rueguen a Dios para la fecundidad de esa misión.

En particular, esta rama se distingue por ofrecer, además de la vida por Cristo Eucaristía, el dolor de no poder ver a aquel por el que se da la vida.

Sin fronteras

De las cuatro primeras hermanas no videntes en Tortona, en 1927, la vocación fue naciendo en nuevas fronteras en Europa, África y América.

En la Argentina están presentes desde 1952, en el predio del Cottolengo Don Orione, de Claypole.

Una de las sacramentinas fundadoras en el país es la hermana María Fe, que sigue transmitiendo el carisma a las más jóvenes.

En la comunidad del Cottolengo no se puede decir que son las más queridas, porque allí a todos se quieren por igual.

Fundado por el mismo Don Orione, hoy atiende a más de 350 residentes discapacitados que habitan algunos de los 14 hogares dentro del predio 65 hectáreas.

Es un auténtico oasis de amor cristiano en cada rincón. Pero acercarse a su vocación provoca algo especial y no hay dudas.

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