Los organizadores iban a buscar incluirlo en el libro Guinness ya que nadie de su edad había participado jamás de esta competiciónLa vida de John McManus es digna de película, larga, pero está lejos de acabarse. Y ayer, a los 99 años, se dio uno de los grandes y merecidos lujos, su sueño después de casi 20 años dedicados a bailar tango: bailar en Buenos Aires.
Un estadio Luna Park repleto convocado para la penúltima jornada del Mundial de Tango, y final de Tango de Pista ovacionó a McManus, elegante y sobrio, pausado y delicado, dignísimo bailarín. Representante de su organización Waterford Tango, de Irlanda, viajó tras una campaña de búsqueda de fondos y de subirse a un avión por primera vez desde 1981.
Escocés de nacimiento, irlandés por adopción, sirvió a la Royal Army en Francia durante la Guerra, y luego trabajó como telégrafo y operador de radio en la marina mercante. Cuando vio a una pareja bailar tango ya con 80 años, en los inicios del siglo XXI, quiso aprender a danzarlo. Y una clase a la semana le quedaba corto. Así que tomó hasta cinco. Y además de las clases, baila los fines de semana. Su disciplina simplifica el aprendizaje, reconocieron sus mentores en Buenos Aires.
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Ya le había tocado hacer su debut en la Usina del Arte, al sur de la ciudad, ahí donde el tango latía cada noche porteña aquellos años en los que él daba su vida por la libertad de Europa. Junto con la bailarina Lucía Seva se presentó ante el Jurado y entre otras parejas que competían por seguir avanzando. No se intimidó: si hay alguien que tiene experiencia en la vida, entre los concursantes, es él. De hecho los organizadores iban a buscar incluirlo en el libro Guinness ya que nadie de su edad había participado jamás de esta competición.
Su historia se destaca, pero no es la única. Entre los tangueros arribados a la ciudad capital del estilo hubo algunos de Brunéi, Canadá, China, Filipinas, Grecia, Hungría, Uzbekistán, entre otros. 36 nacionalidades estuvieron representadas tanto en la categoría pista como escenario.
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Ayer, tras el reconocimiento a McManus, se dirimieron los ganadores en la categoría Tango Pista, y nada más representativo para ilustrar el alcance del baile que la nacionalidad de los ganadores: ella argentina, él ruso. Se trata de la integrada por Agustina Piaggio y Maksim Gerasimov, pareja que el año pasado había escalado hasta el tercer puesto y que en esta edición resultó la ganadora entre las 40 que habían llegado hasta esta instancia final. Resta que se diriman los ganadores del Tango Escenario, con 20 parejas finalistas, pero el de milonga, ese de pies pegados al piso que se baila girando por la pista en círculos entre el montón, ya tiene sus ganadores, y un embajador británico que fue la inesperada estrella del Mundial.
El Festival y Mundial de Tango es el evento tanguero más importante del mundo. Organizado desde 2009, durante dos semanas ofreció exhibiciones, recitales, clases, entre otras actividades, de manera absolutamente gratuita para argentinos y turistas en distintos puntos de la ciudad, en sus tradicionales milongas y bares, o también en escenarios de lujo como el Luna Park.