En cada jornada médica la Diócesis de Guarenas recibe más de 400 pacientes, pero requiere apoyo para continuar en esta labor, “porque son muchos los venezolanos afectados en su salud por la crisis humanitaria”
La señora Calixta Elena Ruiz Rodríguez, habitante del barrio Zulia, acudió a uno de los operativos de salud realizados en la parroquia Jesús Obrero de Guarenas. Hace seis años sufrió una caída y desde entonces padece fuertes dolores en la cadera y no puede mover el fémur derecho. “Durante estos seis años los médicos me han dado varios presupuestos para comprar una prótesis sedimentada de cadera derecha, pero no tengo dinero”, dijo en conversación con Aleteia, asegurando, además, que “es difícil comprar los medicamentos”.
“Me voy de este operativo con mucha alegría por la atención que me dieron, y con una gran esperanza”, expresó luego de ser atendida y presentar su caso a la Fundación Raziel, una de las ONG que colabora con la organización de salud de la Diócesis de Guarenas.
Como Calixta, “en este día, fueron atendidos otros 400 pacientes en diferentes modalidades de salud en las áreas de pediatría, nutrición, medicina interna, traumatología, ginecología, cardiología, gastroenterología, oftalmología y odontología, entre otras”, reportó más tarde la doctora María Collazo, una gastroenteróloga coordinadora de la fundación diocesana.
Es un proyecto de la Diócesis de Guarenas
“En este momento en el que se debe ofrecer apoyo a la gente más necesitada de Venezuela, es nuestro deber como iglesia, que sea a través de soluciones concretas como en el área de la salud, una de las más urgidas para los venezolanos”, reflexionaba monseñor Gustavo García Naranjo, en el marco de la presentación del proyecto de salud diocesano ante los párrocos responsables de las 24 parroquias que conforman la iglesia particular.
Las expresiones del obispo no eran vacías. Estaban acompañadas del compromiso y trato directo a las personas necesitadas, así como de la experiencia lograda en varias jornadas médicas que contaron con su apoyo. El objetivo es asistir a la población más vulnerable –niños de 0 a 12 años y adultos mayores- en la zona de Guarenas, Guatire y Barlovento, siendo pioneros en este tipo de trabajo en esa región el estado Miranda.
“Queremos darle respuesta a nuestros hermanos que padecen en medio de esta crisis humanitaria”, explicó el obispo de Guarenas a los galenos, al culminar una de las jornadas a la que asistió Aleteia. “La salud de la gente no puede esperar. Un enfermo no puede esperar. No se puede vivir tranquilo estando enfermo o teniendo familiares y amigos enfermos”, dijo a los profesionales agrupados en torno a la recién creada fundación.
¿Cómo es la estrategia de estas jornadas?
“Aunque ya veníamos realizando este trabajo de manera voluntaria, nos hemos sumado al llamado del Obispo para trabajar de manera conjunta, más amplia, organizada y bajo su autoridad”, dijo la doctora Collazo. “En estos operativos los pacientes proceden de los sectores más sensibles y cercanos a las parroquias”, aseguró.
La estrategia es sencilla pero efectiva e involucra a los movimientos de apostolado de las parroquias donde se realizan los operativos o jornadas médicas. Sus integrantes, al tiempo que evangelizan a los sectores cercanos a la comunidad parroquial, detectan las necesidades de salud más sentidas en niños entre cero y doce años, y en adultos mayores. Luego, invitan en grupos organizados a los pacientes censados a las instalaciones religiosas donde se cumplen las jornadas médicas, y allí, reciben la respuesta adecuada.
Regularmente atienden unos 400 pacientes por cada jornada de salud, como ocurrió en el operativo del 30 de junio en la parroquia Jesús Obrero; o más de 500, como fue en San Miguel Arcángel, el 14 de julio. Collazo informó que la próxima jornada será el 28 de julio, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Araira, una comunidad agrícola; pero desde ya con la presentación de la fundación de salud muy posiblemente se extenderán.
La especialista informó que, de momento, la organización de salud diocesana no está entregando medicamentos porque no tienen los recursos para esto. Es una estructura que se está montando. Sin embargo, junto al informe y los récipes remiten a los pacientes hacia las instituciones médicas del Estado, fundaciones amigas y otras organizaciones humanitarias que sí pudieran entregarles los medicamentos, insumos y realizar los exámenes necesarios.
La Iglesia ofrece soluciones
Para la doctora María Collazo este tipo de jornadas, emprendidas de manera constante y en condiciones adecuadas por la Iglesia católica, “no es un paliativo sino una solución concreta” para ayudar a solventar la crisis de salud que sufren los venezolanos. “Por eso necesitamos que las instituciones y empresas privadas ayuden a la Iglesia”, solicitó.
Explicó que los profesionales que le acompañan cumplen con el artículo 24 de la Ley del ejercicio de la medicina en Venezuela, precisando que “indistintamente del credo, raza o condición política, nosotros atenderemos a los pacientes en instalaciones de la iglesia”.
Monseñor Gustavo García Naranjo hizo un reconocimiento al trabajo de los médicos, enfermeras y demás voluntarios que se han sumado a esta fundación de salud en la Diócesis de Guarenas. “Estos médicos creyentes son una fuerza laical muy importante para la iglesia, porque se coloca en favor de la gente necesitada y merecen nuestro apoyo para seguir adelante. Por eso tenemos que darlo a conocer en todas partes”.
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