El Pontífice invitó a la formación del corazón para practicar la fidelidad “conscientes de que hoy vivimos en la cultura de lo provisional”. El Papa Francisco ha recordado hoy algunas de las claves espirituales enseñadas por San Francisco a sus “hermanos” frailes para la “formación del corazón” que cambie nuestra “forma de pensar, sentir y comportarnos”.
Lo hizo en la audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a los participantes en el Capítulo General de la Orden de los Frailes Menores Conventuales este lunes 17 de junio de 2019.
El Pontífice exhortó formar el corazón a la “fidelidad, bien conscientes de que hoy vivimos en la cultura de lo provisional, de que el “para siempre” es muy difícil y de que las opciones definitivas no están de moda”.
1. Forma de vida
Francisco destacó que le impresiona mucho ese “consejo de Francisco a los frailes: “Prediquen el Evangelio, si fuera necesario también con las palabras”: es una forma de vida”.
El Papa que también se ha inspirado en San Francisco tomando su nombre y firmando la encíclica social Laudato Sí, afirma que “la vida la vida franciscana en todas sus manifestaciones surge de la escucha del santo Evangelio”. Pues, “toda vida consagrada surge de escuchar la Palabra de Dios y de aceptar el Evangelio como norma de vida”.
En este sentido cita San Francisco: “El Evangelio es para vosotros, queridos hermanos, “regla y vida” (Regla bulada, I, 1) y su “misión no es otra que la de ser un evangelio vivo”. “El evangelio debe ser vuestro vademécum”. Entonces, invita a escuchar, rezar y seguir el ejemplo del Evangelio, así como de María “Virgen hecha Iglesia” para que mediándolo “asiduamente”, “asimilándolo”, se viva cada vez más en sintonía con Cristo.
2. Fraternidad
Por tanto, indicó que este “camino de secuela se caracteriza en primer lugar por la fraternidad que Francisco sentía como un don: “El Señor me dio hermanos”. Una experiencia “en la que cada uno está llamado a amar y cuidar a su hermano, como la madre ama y cuida a su hijo”.
“La fraternidad – dijo el Papa – es un don para ser recibido con gratitud. Es una realidad que siempre está “en camino”, en construcción, y por lo tanto solicita la contribución de todos, sin que nadie se excluya o sea excluido; en el que no hay “consumidores” sino constructores”.
Se trata de una realidad en la que se puedan “vivir caminos de aprendizaje continuo, de apertura al otro, de intercambio mutuo; una realidad acogedora, dispuesta y disponible a acompañar, una realidad en la que es posible hacer una pausa en la vida cotidiana para cultivar el silencio y la mirada contemplativa y reconocer así la huella de Dios en ella”; una realidad en la que todos se consideran hermanos.
3. Reconciliación
Francisco invitó a ser mensajeros de paz y de reconciliación. “Prediquen la paz. El saludo franciscano que os distingue es “¡Paz y bien!”, “Shalom we tob”, en hebreo, que bien podemos traducir con reconciliación: reconciliación con uno mismo, con Dios, con los demás y con las criaturas, es decir vivir en armonía: paz que te da la armonía”.
“Es una reconciliación – continuó – en círculos concéntricos, que comienza desde el corazón y se extiende al universo, pero en realidad comienza desde el corazón de Dios, desde el corazón de Cristo. La reconciliación es el preludio de la paz que Jesús nos dejó (cf. Jn 14, 27)”.
“Una paz que no es la ausencia de problemas, sino que viene con la presencia de Dios en nosotros mismos y se manifiesta en todo lo que somos, lo que hacemos y lo que decimos”. El Papa invita a ser mensajeros de paz, “primero con la vida y luego con las palabras” para ser “instrumentos de perdón y misericordia en todo momento”.
Por último, subrayó, “no hay paz sin reconciliación, sin perdón, sin misericordia. Solo aquellos que tienen un corazón reconciliado pueden ser “ministros” de misericordia, constructores de paz”.