En su discurso a las autoridades del país, recuerda el histórico viaje de Juan Pablo II hace 20 añosEl papa Francisco comenzó hoy su 30º viaje apostólico internacional en la ciudad de Bucarest, Rumanía, que durará tres días y culminará el domingo, cuando beatificará a siete mártires griego-católicos que murieron bajo la terrible persecución comunista que hubo entre 1950 y 1970.
Ante las autoridades civiles del país, el Papa exhortó a desarrollar el alma del pueblo y afirmó que la Iglesia no es extranjera, sino que participa plenamente del espíritu de la nación, en el momento en que Rumanía, por primera vez, desde que se unió a la Unión Europea, preside el semestre del Consejo Europeo.
Se trata de un viaje ecuménico para estrechar lazos con la mayoría ortodoxa rumana y animar a la periferia de Europa, marcada por la pobreza y las secuelas de la migración forzada tras varios decenios de régimen comunista.
En este contexto, Francisco remarcó que la Iglesia católica participa plenamente en el espíritu nacional rumano, como lo demuestra la participación de sus fieles, una minoría, en la formación del destino de la nación.
En su alocución, afirmó que la Iglesia está firme en la creación y el desarrollo de estructuras de educación integral y formas de asistencia típicas de un Estado moderno. Por eso, la Iglesia, desea contribuir a la construcción de la sociedad, la vida civil y espiritual de Rumanía.
Colaboración con ortodoxos
El Papa también saludó al patriarca Daniel, a los metropolitanos y obispos del Santo Sínodo, así como a los fieles de la Iglesia ortodoxa y católica.
Francisco invitó a las Iglesias cristianas a colaborar, pues, indicó, también la Iglesia Católica es capaz de dar su aporte porque “quiere contribuir a la construcción de la sociedad, quiere ser un signo de armonía, esperanza de unidad y ponerse al servicio de la dignidad humana y el bien común”.
Una Iglesia que “desea colaborar con las autoridades, con las demás Iglesias y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad para caminar juntos y poner sus talentos al servicio de toda la comunidad”, añadió.
Juan Pablo II
El Papa llegó a Rumania exactamente 20 años después de la histórica visita de san Juan Pablo II, quien, entre el 7 y el 9 de mayo de 1999 , fue el primer obispo de Roma en ser recibido con afecto y respeto en un país con una mayoría ortodoxa desde el año del cisma (1054), en un viaje en el cual se reunió con el patriarca ortodoxo Teoctist.
En esa ocasión, al final de la celebración eucarística en Bucarest, la gente gritó: “¡unidad! ¡unidad!” Así, Francisco remarcó que Rumanía se ha comprometido “en la construcción de un proyecto democrático a través del pluralismo de las fuerzas políticas y sociales. “Los aliento a seguir trabajando para consolidar las estructuras e instituciones necesarias”, afirmó.
Emigrantes
El Papa reconoció los esfuerzos de los emigrantes rumanos de la diáspora: “Rindo homenaje a los sacrificios de tantos hijos e hijas de Rumania que, con su cultura, su patrimonio de valores y su trabajo, enriquecen los países en los que emigraron y con el fruto de su compromiso ayudan a sus familias a permanecer en la patria”.
Sucesivamente, señaló los desafíos de la despoblación de las aldeas: “Pienso en las consecuencias que todo esto puede tener sobre la calidad de vida en esos territorios y el debilitamiento de sus más ricas raíces culturales y espirituales que los sostuvieron en la adversidad”.
Por ello, ha propuesto “aumentar la colaboración” de las fuerzas “políticas, económicas, sociales y espirituales; es necesario caminar juntos y decidirse todos con convicción a no renunciar a la vocación más noble a la que un Estado debe aspirar: hacerse cargo del bien común de su pueblo”.
Pobres
De hecho, indicó la necesidad de un Estado que se “transforme en protagonista del bien común donde los más débiles, los más pobres y los últimos no sean vistos como indeseados, como obstáculos que impiden que la máquina camine, sino como ciudadanos y hermanos para ser plenamente insertados en la vida civil”.
Una sociedad que “se responsabiliza del destino de los más desfavorecidos tanto más puede llamarse verdaderamente civil”, afirmó. Así finalizó su alocución invocando bendiciones sobre las autoridades y sus familias y sobre todo el pueblo rumano.
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