La corte de apelaciones de París ha ordenado en la noche del lunes 20 de mayo el restablecimiento de los tratamientos para mantenerle con vida, interrumpidos desde el mismo lunes por la mañana, hasta que se pronuncie un comité de la ONU sobre el fondo del caso. Mientras las pasiones se cristalizan en torno a la vida de Vincent Lambert, la doctora Claire Fourcade, vicepresidenta de la Sociedad Francesa de Acompañamiento y de Cuidados Paliativos (SFAP), recuerda que “en una situación tan dramática no hay una solución buena”
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Cuando la interrupción de los tratamientos que mantenían con vida a Vincent Lambert (nutrición e hidratación artificiales), víctima de un accidente de coche en 2008, comenzó este lunes 20 de mayo, su madre afirmó en varias ocasiones que habían “condenado a muerte” a su hijo.
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Esa misma noche, se tenía conocimiento de que la corte de apelaciones de París, a la que habían recurrido los padres de Vincent Lambert, ordenaba el restablecimiento de los tratamientos hasta que un comité de la ONU se pronuncie sobre el fondo de este asunto.
“Nos encontramos en una situación extremadamente compleja”, valoraba unas horas antes de esta decisión la doctora Claire Fourcade, vicepresidenta de la Sociedad Francesa de Acompañamiento y de Cuidados Paliativos (SFAP) y responsable del área de cuidados paliativos del Policlínico Le Languedoc en Narbona, Francia. Así nos lo explicaba en esta entrevista:
Aleteia: ¿Qué opina usted sobre lo que está sucediendo?
Doctora Claire Fourcade: Me resulta imposible valorar desde fuera el caso de Vincent Lambert. Hay muchos elementos que no se conocen, y con razón, por orden del secreto médico.
Además, me sorprende en extremo la vehemencia de las declaraciones en relación a la situación personal de Vincent Lambert y el hecho de que tantas personas se muestren tan seguras de sí mismas cuando se trata de una situación tan compleja. Tanto en un extremo como en el otro, se cae rápidamente en una visión maniquea muy teórica que no resiste el contrate con la realidad.
Aunque sea complicado tener una posición mesurada, es del todo necesario. No hay una solución buena en un caso tan dramático. Una cosa es cierta: la situación a la que asistimos es un fracaso. Cuando se está en una unidad de cuidados paliativos, la idea es reunir a las familias y permitir que cada uno siga su camino. Por lo general hay consenso y por eso hay tan pocos casos mediatizados.
En lo relativo a Vincent Lambert, hay una auténtica divergencia en el seno mismo de su familia. Se podrán decir muchas cosas, pero los equipos que trabajan en cuidados paliativos son extremadamente atentos a la singularidad de los pacientes. Esta singularidad es el ADN mismo de los cuidados paliativos.
– ¿Qué piensa usted del procedimiento que se ha llevado a cabo para llegar a la interrupción de los tratamientos que mantienen con vida a Vincent Lambert?
Los tribunales franceses y europeos han dictaminado que el procedimiento colegiado aplicado ha respetado tanto la legislación francesa como el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Se realizaron cuatro procedimientos colegiados por tres médicos diferentes en colaboración con el equipo médico, el equipo de enfermería y expertos externos, y se consultó a la familia. Cada uno de ellos ha llegado a la misma conclusión.
Una vez más, no tengo suficiente información para pronunciarme sobre la decisión, pero se han respetado los procedimientos.
– ¿Qué significa una interrupción de los tratamientos que mantienen la vida?
Atención, porque se trata de una suspensión de los tratamientos para mantener la vida, pero no una suspensión de los cuidados. Si, como resultado de las decisiones tomadas, el cuerpo médico detecta molestias en el paciente, se le inyectan productos para combatir el sufrimiento. Los equipos médicos no abandonan a sus pacientes bajo ningún concepto.
– En Francia habría unos 1500 casos similares al de Vincent Lambert. ¿En qué medida lo que está sucediendo podría afectarles?
No, en ningún caso son similares. Todas estas situaciones son creaciones médicas, es decir, resultan de la acción médica. Este es un punto crucial que todo el mundo debe tener en cuenta en el caso de Vincent Lambert: es una decisión que se ha tomado para un paciente en una situación particular y no cambia en absoluto los tratamientos que se puedan ofrecer a otros pacientes en estado vegetativo crónico.
