Basílica de San Silvestre y San Martín de Tours: Visítala “on line” con Aleteia
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A pocos pasos de la basílica de Santa María Mayor y la basílica de Santa Práxedes se encuentra esta importante basílica dedicada a san Silvestre y a san Martín de Tours.
Data del siglo III, construida en lo que al principio fuera una bodega donada a san Silvestre. En principio fue un oratorio dedicado a la “Virgen Maria Gaudiam Cristianorum” y a los mártires anónimos.
Tenía la denominación de “Titulus Equitii” o Titulo Equizio (el nombre de la familia que hizo la donación: los Equizio).
A fines del siglo IV, fue dedicada primero a san Martín de Tours con motivo de la nueva construcción de la basílica propiamente dicha por el papa Símaco. Este papa elevó tanto el nivel de la tierra, que la oratoria primitiva quedó bajo tierra.
Luego con nuevas restauraciones a cargo de papa Adrián I fue dedicada también a san Silvestre. Era una de las más antiguas basílicas en Roma.
Desde 1229 la basílica ha sido encomendada a la Virgen del Carmen. “Sus hijos” los carmelitanos tienen su monasterio al lado de la iglesia.
Basílica de tres niveles
La iglesia se adornó a través de los años con importantes obras, escultóricas, pictóricas y arquitectónicas.
Por lo tanto al visitarla uno puede apreciar distintas obras creadas a través de más de mil años de historia, pasando por sus tres niveles empezando desde abajo con el oratorio, la cripta y la basílica.
Bajo el altar de la basílica se encuentra una primera escalera que lleva a la cripta y a mano izquierda otra escalera muy antigua que lleva al oratorio.
Obras artísticas en el interior
Lamentablemente las obras pictóricas en las paredes del oratorio se perdieron, algunas casi en su totalidad. Es el caso de un mosaico que mandó realizar el papa Símaco en honor a san Silvestre. En la imagen se podía ver al papa a los pies del santo.
En una reproducción tratando de salvar lo poco que quedaba de la obra, erradamente se interpretó a la Virgen María y a sus pies san Silvestre.
También poco queda de los frescos de Cristo entre los santos Pedro, Pablo, Proceso y Martiniano; la Virgen y algunas santas; el Cordero junto a Juan Bautista, Juan el evangelista y otros.
Reliquias y otros tesoros
En la cripta debajo del altar se encuentran las reliquias de los santos Artemio, Paolina y Sisinnio, transferidas a este lugar desde las catacumbas de Priscilla.
En las paredes del pasillo izquierdo en la basílica están representados los interiores de las basílicas de San Juan en Letrán y de San Pedro del siglo XVI, tal como eran en aquel momento.
Al final del pasillo se encuentra una importante imagen de la Virgen del Carmen. A sus pies rezaron san Benito José Labre, los papas: Inocencio X, Pio VII y san Juan Pablo II.
Como curiosidad, en el lugar se tuvieron las reuniones preliminares al Primer Concilio de Nicea.