Existen algunas mentiras que han podido incorporarse en tu repertorio de creencias y que, tal vez, se hayan transformado en una búsqueda constante de atención, seguridad y validación
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Lo (la) necesito…
Crees que necesitas al otro porque te sientes incapaz de valerte por ti mismo/a y piensas que solo él (o ella) puede llenarte, comprenderte y amarte, creyendo que tu felicidad y seguridad depende de esa persona.
Esto no es real, tú ya no eres un niño que necesite ser atendido. Tienes recursos emocionales, intelectuales y conductuales suficientes para no depender de nadie.
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No sé qué quiero…
Te sientes incapaz de tomar decisiones. Buscas la aprobación del otro, pues tienes un miedo profundo a equivocarte, fracasar o cometer errores. Y terminas anteponiendo sus necesidades a las tuyas, desde tu necesidad de sentirte amado y valorado.
Tú también tienes necesidades, tienes que conectar con ellas y permitirte expresarlas. No juegues a que el otro adivine lo que te pasa, pide lo que necesitas y hazte cargo de satisfacerlo.
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Necesito tenerlo todo controlado…
Crees que necesitas tener todo bajo control, pues sientes que la incertidumbre te hace sufrir. Esta es una de las mayores causas de frustración e infelicidad del ser humano.
La vida es impredecible, evoluciona y atraviesa diferentes etapas, igual que las relaciones interpersonales. Vivir, solo por hoy, será un descanso para ti pues mañana no sabes qué puede pasar.
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Jamás cambiaré…
Has entrenado a tu mente para ver la realidad desde un prisma específico. Por eso, ahora, el cambio te parece imposible.
Ten en cuenta que tu cerebro busca mayor nivel de bienestar con el menor esfuerzo. Por lo que el cambio pasa por un entrenamiento que a su vez requiere compromiso, trabajo, constancia e incorporación de nuevas creencias y hábitos.
Conocerse, amarse y no depender de otras personas, lleva tiempo y trabajo, pues hay que aprender a ver la vida y los hechos desde una nueva perspectiva.
Trátate con dulzura y paciencia, tienes derecho a equivocarte. Si un día vuelves a hacer lo de siempre, no pienses que esto no va a funcionar, no dejes que las mentiras vuelvan a tu cabeza. Permítete la oportunidad de ensayar y aprender.
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