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El Monte de las Tentaciones: Donde Jesús dijo “NO” a Satanás

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Redacción de Aleteia - publicado el 16/04/19
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El Evangelio de las tentaciones y el camino cuaresmal simbolizan el viaje de la vida, hecho de pruebas y de triunfos, de alegrías y de sufrimientos, de pecado y de perdónEsta es la ciudad de Jericó. Se encuentra en Cisjordania, en el desierto de Judea, a unos 240 metros bajo el nivel del mar. Descrita en el Antiguo Testamento como “la ciudad de las palmeras”, la riqueza de sus campos ha hecho que Jericó haya sido habitada por el hombre desde hace milenios.

Está considerada como la ciudad más antigua aún existente, con diez mil años de edad. Los arqueólogos han encontrado restos de asentamientos sucesivos en Jericó, el primero de hace once mil años. El libro de Josué narra la famosa batalla de Jericó, diciendo que la ciudad fue rodeada siete veces por los hijos de Israel, hasta que sus muros se derrumbaron. En el Nuevo Testamento, Lucas habla de Zaqueo que, siendo de pequeña estatura, trepa a un sicómoro para ver a Jesús.

Desde la ciudad se puede ver el Monte de las Tentaciones, que se yergue sobre Jericó a 350 metros de altura, hoy custodiado por monjes greco-ortodoxos. Recibió este nombre a causa del episodio que tuvo lugar allí. Jesús fue tentado por el diablo inmediatamente después de su bautismo. Desde la cima de esta colina, Satanás mostró a Jesús todos los reinos y le ofreció el poder sobre ellos. Los bizantinos construyeron un antiguo monasterio en el siglo VI. Más tarde, los cruzados en 1099 construyeron allí dos iglesias.

 

El lugar fue adquirido por los ortodoxos en 1874, que después construyeron el monasterio que vemos hoy. Actualmente el monasterio está administrado por la Autoridad Nacional palestina, bajo la supervisión de los monjes ortodoxos. En una capilla dentro de una gruta podemos ver la roca sobre la que Jesús se sentó durante la tentación.

El monasterio es una obra de admirable ingeniería, construido sobre la roca pura. Desde un balcón, se puede admirar el bellísimo paisaje del desierto y el valle de Jericó, un verdadero oasis verde. Se pueden ver también las famosas grutas del desierto, que se encuentran junto al monasterio y que en el pasado estaban habitadas.

Los valles son profundos. Para llegar al monasterio hay dos maneras: con el telesférico o subiendo a pie por las cuestas de la montaña. Cada año, la liturgia de la Palabra del primer domingo de Cuaresma ofrece una meditación sobre el episodio del Evangelio que narra la historia de las tentaciones de Jesús en el desierto. El Evangelio de las tentaciones y el camino cuaresmal simbolizan el viaje de la vida, hecho de pruebas y de triunfos, de alegrías y de sufrimientos, de pecado y de perdón.

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