Rocío ha convertido el canto en una vía de ayuda a causas que necesitan financiación. Un concierto y otro y otro…Rocío vive en Barcelona, España. Ingresó en el Conservatorio del Liceo porque ama la música y el canto. Sin embargo, sentía mucha presión y se bloqueaba al pensar en los exámenes y en los escenarios.
Su madre le ayudó a dar el primer paso para vencerse. “Ve a conocer realidades verdaderamente difíciles”, le sugirió. Y Rocío comenzó a ser voluntaria en el Hospital Sant Joan de Déu, entre niños con cáncer. Aquello fue un revulsivo para su situación de bienestar. Vio el sufrimiento de los niños, pero también el de los padres. Creyó que debía hacer algo por acelerar la investigación y por mejorar la situación de los padres sin recursos.
¿Qué tenía Rocío para ayudar? La voz.
Su fe católica la ayudó también a abrirse a los demás. Un día decidió hacer un concierto benéfico y para ello reunió a 6 músicos. En su “inconsciencia”, pidió un espacio en el Liceo para ofrecer el concierto y logró realizarlo allí. Semanas antes tuvo mononucleosis y estomatitis. Le salió un herpes en la boca. Pero el concierto salió adelante y recaudaron 7.800 euros, que donó íntegramente al hospital.
Aquello fue solo el primer episodio. Al poco, organizó un segundo concierto y recaudaron 27.000 euros. En ese tiempo hubo de enfrentarse a su propia timidez, acudir a despachos de empresarios y pedir colaboración. Hubo muchos “noes”, pero de entre 100 empresas consiguió 8 patrocinadores. Y siguió adelante.
El tercer concierto fue por Mozambique
Conoció la labor de un médico en Mozambique y decidió ir allí un mes para conocer mejor ese trabajo. Y de nuevo a la vuelta pensó qué podía hacer para colaborar: surgió así el tercer concierto. Y llegaron 23.000 euros, con los que ahora se levanta un orfanato en el país africano.
Y ahora, por un aula multisensorial para niños con autismo
Con 21 años, Rocío estudia ahora Periodismo en la Universitat Ramon Llull y se gana la vida cantando en bodas. Pero aquel ímpetu no se ha frenado. Va canalizando sus esfuerzos a través del proyecto luces Solidarias.
Esta semana realizó el cuarto concierto benéfico, en esta ocasión para instalar -también en Barcelona- una escuela multisensorial en la escuela de educación especial Taiga, para niños y adolescentes con problemas psíquicos. Su función se centrará sobre todo en los niños con autismo.