¿El lugar donde Simón el mago desafió a San Pedro?La Basílica Santa Francisca Romana es una iglesia situada en el histórico Foro Romano, que sustituyó a la Iglesia de Santa María Nova, construida sobre las ruinas del antiguo Templo de Venus, y para rememorar, (según la leyenda) donde Simón el mago desafió con sus artes mágicas a san Pedro. El lugar custodia las huellas impresas del santo sobre una laja de piedra.
En el siglo XII el edificio fue sometido a una importante reestructuración con el añadido de un campanario y la decoración del ábside. En 1440, con el traslado de las reliquias de Santa Francisca Romana, enterrada bajo el altar mayor la iglesia cambió su nombre y su dedicación de iglesia a basílica.
La historia de Ceccolella
Francesca, llamada por los romanos ‘Ceccolella’, se casó solo doce años, por intereses familiares, con el noble Renzo de ‘Ponziani, pero su único pensamiento era hacer buenas obras y dedicarse a la caridad.
Ceccolella fue santificada en 1608 y es una bonita tradición romana que el 9 de marzo de cada año (aniversario de su muerte) una multitud de automovilistas con sus vehículos se reúnen cerca de la iglesia para recibir la bendición: Francisca es de hecho la patrona de los automovilistas.
En 1649 el Bernini colocó en la iglesia una estatua de bronce dorado de la santa, que desapareció durante la ocupación napoleónica: la que vemos hoy en la basílica es una copia de Giosuè Mieli.
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Virgen Glykophilousa
La iglesia atesora muchas obras de arte: en el altar mayor hay una preciosa “Virgen con el Niño” del siglo XII y en el ábside se puede admirar un mosaico de 1100 que representa a la “Virgen en el trono con el Niño”.
Pero lo más precioso, es sin dudas, la imagen de la “Virgen Glykophilousa”. Un ícono dotado de hermosura que data del siglo V o VI, que salió a la luz durante los trabajos de restauración de 1949.
Pero obviamente lo que más atrae a los turistas son las famosas huellas de las rodillas de san Pedro, impresas sobre el sílice.
En esta iglesia también está enterrado el papa Gregorio XI, que trasfirió el papado a Roma desde Aviñón.
Si tu meta es el Coliseo, no dejes también de visitar esta hermosa basílica que queda sólo a unos pasos.
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