‘Madre’: la angustia por un hijo

Rodrigo Sorogoyen, nominado al Oscar por este cortometraje Cuando se sufre por un hijo, los estados emocionales de sus familiares (en el caso que nos ocupa, de una madre y de una abuela) varían desde el miedo hasta la angustia pasando por la impotencia y la pérdida del control.

Lo que le suceda o pueda suceder al hijo o a la hija logran que uno se desquicie, como le empieza a ocurrir a la protagonista de Madre. ¿Qué le ocurre al niño? ¿Por qué está pasando esto? ¿Cómo solucionarlo a distancia?

Eso es lo que, en líneas generales, se plantea el cortometraje de Rodrigo Sorogoyen: mostrando el rostro de una madre que carga con el pánico de la lejanía y de la incertidumbre. Los progenitores saben, además, que siempre hay monstruos allá fuera. La paternidad y la maternidad siempre traen aparejados el sufrimiento y el desvelo.

El pasado 22 de enero, cuando se anunciaron las nominaciones a los Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, en España hubo una decepción y una sorpresa: la decepción (o mejor sería decir “chasco”), que ningún filme español había sido nominado en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa; la sorpresa, que un corto español, Madre, había sido incluido en el apartado de Mejor Cortometraje de Ficción.

Dirigido por Rodrigo Sorogoyen, ya había obtenido el Goya en 2017: se trata de una estupenda pieza breve que demuestra una vez más el talento de un director que sabe movernos por entornos inquietantes y atmósferas donde la tensión es palpable. Tal y como pudimos comprobar en sus largometrajes Stockholm, Que Dios nos perdone y El reino, todos ellos ganadores de varios premios e incluidos en diversos festivales. 

Con una duración de unos 17 minutos, Madre está protagonizado por dos mujeres: Marta Nieto y Blanca Apilánez. El cortometraje comienza cuando dos mujeres, madre e hija (y ésta, a su vez, madre de un niño), entran en el domicilio de la segunda y ésta recibe una llamada de teléfono que a ambas les va a provocar inquietud y desasosiego e incluso terror durante un cuarto de hora, igual que a nosotros como espectadores.

Porque el niño, que en teoría debería estar junto a su padre, se encuentra solo en una playa. Y llama con el móvil de su padre. Pero no sabe dónde está ni cuándo va a volver. ¿Le ha ocurrido algo a ese padre?  

Una de las particularidades del corto de Sorogoyen es que le bastan quince minutos para ponernos los pelos de punta y mostrar lo que significa ser una madre cuya prole está lejos: el espanto, los nervios, la incertidumbre… El sufrimiento que comporta la maternidad, sometida a sustos continuos.

Otra de ellas es que demuestra que el cineasta ha visto mucho cine y lo ha digerido con provecho: se perciben las influencias de David Fincher y, sobre todo, de Alfred Hitchcock en ese largo plano secuencia que comienza cuando las dos mujeres entran en la casa. Pero el director, a partir de ahí, sigue su propio camino, tiene su estilo característico, crea tensión mediante los silencios, el uso mínimo de la música y los efectos de guión.  

El cortometraje también va a servir de aperitivo para lo que vendrá: porque Rodrigo Sorogoyen acaba de rodar una película de título homónimo, con la misma actriz en el papel protagonista, y que constituye una especie de secuela o continuación de Madre, en la que veremos a sus protagonistas unos años después de lo que cuenta el corto. Ojalá que, en la próxima ceremonia de los Oscar, obtengan el premio.