Desde centros de acopio en Colombia, Brasil y una Isla del Caribe llevarán la ayuda humanitaria a Venezuela, destinada en su primera etapa a los pacientes crónicos
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Un episodio en la concentración realizada en Caracas, este sábado 2 de febrero, recordó el momento narrado en los Evangelios, cuando Jesucristo, clavado en la Cruz, pedía agua para calmar la sed que le agobiaba. Se trataba de un hombre de unos cincuenta años cuya tragedia permitió evidenciar el drama de los pacientes crónicos en Venezuela.
“A nosotros el gobierno no está matando”, se le escuchaba decir a través del tapabocas y mostrando un pliego de papeles médicos en clara referencia al gobierno de Nicolás Maduro. “No hay remedios, no hay nada. Aquí tengo pruebas”, decía. “A los pacientes con cáncer queremos que nos ayuden”, acotaba con marcado dolor en su rostro.
Apenas se le podían escuchar sus palabras y tenía la respiración agitada. “Me estoy muriendo. Dame agua, te lo agradezco”, se le escuchó decir mientras era auxiliado al sufrir una descompensación que silenció momentáneamente su grito de dolor.
El dilema: “comida o medicamentos”
La crisis humanitaria de Venezuela tampoco ha sido fácil para el profesor Gustavo Adolfo Misle Giraud. Es un incasable luchador por los valores de la educación y sus instituciones; también es un activista social que ha creado una asociación para el rescate de los muchachos de la calle. Aprovechó para denunciar el hambre que padece buena parte de la población venezolana, vale decir, el sufrimiento que él mismo siente.
Con el repique de una campanilla en su mano derecha llamaba la atención. Los marchistas dirigían sus miradas hacia una figura esquelética con la escandalosa frase: “Pasando hambre”. Este cartel ha dado la vuelta al mundo denunciando la crisis humanitaria. Misle también se ha ganado su espacio. “Es una realidad, que los ciudadanos estamos pasando hambre en Venezuela”, dijo en conversación con Aleteia.
El dilema del profesor Misle, un apasionado de la filosofía, la poesía y la pintura es trágico: “¡O compro comida o compro medicinas porque el dinero no me alcanza!”, decía en la avenida principal de Las Mercedes, en Caracas, donde acudió forrado de unos billetes (bolívares soberanos) devaluados y que nadie quiere. Expresó que no abandonará la calle “hasta ver superado el sistema de gobierno que nos martiriza”.
Guaidó: “Buscamos estrechar manos”
En efecto, este 2 de febrero, los venezolanos salieron nuevamente a las calles de las principales ciudades del país, convocados por el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Juan Guaidó. Era la marcha más importante después del 23 de enero, cuando el joven parlamentario asumió las atribuciones de la presidencia de la República. El Parlamento Nacional consideró que Nicolás Maduro había usurpado el más alto cargo de poder público consagrado en la Constitución de Venezuela.
Guaidó hizo un anuncio importante: la creación de una coalición mundial por la ayuda humanitaria y la libertad del país. Se trata de la ayuda humanitaria tan anhelada en el país. “Tenemos tres puntos de acopio: Cúcuta (Colombia), Brasil y en una isla del Caribe”, dijo en su intervención. La primera etapa vendrá a darles atención a los venezolanos con enfermedades crónicas, como son los casos del hombre con cáncer que se desmayó y del profesor Misle.
Tras el anuncio, llamó a los ciudadanos y a las Fuerza Armada a ser garantes del acceso de la ayuda humanitaria a Venezuela. “El legítimo Parlamento logrará conseguir más respaldos por parte de los países de Europa para contener la emergencia humanitaria y activar el Plan País”, aseguró Guaidó, precisando que la articulación será con todos los factores. “Por eso le hablamos también al pueblo chavista doblemente descontento: ustedes saben que Maduro, el usurpador, no protege a nadie”, expresó.
Nuevamente lanzó el que ha sido su más insistente llamado: “Son bienvenidos todos los funcionarios, civiles y militares, que se pongan del lado de la Constitución, no es sólo amnistía y garantía, es cumplir su rol en esta lucha. Aquí no buscamos torcer manos, buscamos estrecharlas y sumar a todos los factores del país para reconstruir Venezuela”.
“Como yo, muchos ayudaríamos”
El anuncio de Guaidó cayó bien en la señora Omaira Vargas quien considera el tema de la ayuda humanitaria “lo más importante de la jornada”, más allá de la inmensa movilización a lo largo y ancho del país. Sus razones las tiene. “Yo me tuve que retirar de mi trabajo ya que lo que ganaba no era suficiente para mis gastos familiares. Me quise ir del país con mis dos hijos, pero todavía estoy esperando los pasaportes”.
Vargas, quien es administradora de profesión, entró al mundo del mercado informal “para sobrevivir”. La mujer dice estar dispuesta a participar en el despliegue humanitario, si así lo solicitan. “Yo quiero que esto verdaderamente se materialice en favor de muchos venezolanos que como yo estamos viviendo en la miseria”, aseguró.