Todos atravesamos “fases de desolación”, “momentos oscuros” en los que las cosas parecen perder el sentido, pero es entonces cuando “los cristianos tienen que perseverar para llegar a la promesa del Señor, sin abandonarse o volver atrás”.
En la misa celebrada en la Casa Santa Marta del Vaticano, el papa Francisco reflexionó sobre el sentido de la perseverancia en el camino de la vida.
El autor de la Epístola a los Hebreos “habla a los cristianos que están pasando un momento de oscuridad”, un momento de persecución.
Todas las personas pasan fases de abatimiento “cuando no se siente nada” y "hay una especie de distancia en nuestra alma”. Momentos de desolación que vivió hasta el mismo Cristo.
"Sí, perseverancia pero, ¿por qué? Porque cuando se cumpla la voluntad de Dios, obtendréis lo que se os ha prometido”. Perseverancia para llegar a la promesa, dijo.
Memoria y esperanza contra la desolación
En la homilía de la misa, el papa Francisco destacó dos elementos, una especie de receta contra la desolación: la memoria y la esperanza.
Como el Apóstol, destacó que antes que nada tenemos que recordar los momentos bellos: “los días felices de encuentro con el Señor”, el “tiempo del amor”.
Y, en segundo lugar, tener esperanza por lo que se nos ha prometido.
La vida está hecha de esto: momentos bellos y no tan bellos. Lo importante es no dejarse caer, no volver atrás en las fases de dificultad.
Resistid en los momentos malos, pero una resistencia hecha desde la memoria y desde la esperanza. Una resistencia con el corazón.
El corazón, cuando piensa en los momentos bellos respira. Cuando mira a la esperanza puede respirar también.
Esto es lo que debemos hacer en los momentos de desolación, para encontrar el primer consuelo y el consuelo prometido por Dios.
La perseverancia en los mártires cristianos
Finalmente, el papa Francisco recordó su viaje apostólico a Lituania, en septiembre de 2018 y cómo quedó conmovido por la valentía de tantos cristianos, tantos mártires que “perseveraron en la fe”
Y también “cuando el diablo nos ataca con las tentaciones”, concluye, “con nuestras miserias”, es necesario “mirar siempre al Señor”.