Un número aún impreciso de muertes derivaron de un hecho “dantesco” que mezcla corrupción, ineficiencia y falta de mantenimiento. Fallaron la electricidad, las plantas, las baterías internas de los equipos y no hubo plan de contingencia. Tras denunciar “terrorismo”, destituyeron al director y anunciaron “plan de seguridad”
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Los apagones son habituales en buena parte de la Venezuela de Maduro, pero no en sus hospitales, ni en la capital, donde el último semestre cambió negativamente esa tendencia. Sin embargo, los protocolos de seguridad y los planes de contingencia se supone que garantizan la vida de los pacientes, incluso cuando falla por largo tiempo el fluido eléctrico.
No funcionaron las plantas eléctricas, cuya falla había sido alertada a la directiva del centro hospitalario al menos tres meses antes. Tampoco las baterías que garantizan la continuidad temporal de los equipos que dan soporte vital. Y un par de horas después del colapso, no se conocía en otros centros de atención la contingencia porque “no había sido activada”.
Pocas veces se suman tantos hechos previsibles en un hospital… Y no se trata de cualquiera, sino de uno de los principales de Caracas. Lo ocurrido les habría costado la vida a por lo menos dos venezolanos, según las denuncias iniciales de grupos sindicalistas, que más tarde ubicaron ese número en siete y posteriormente en más de veinte.
Mientras el hospital estaba en apagón…
Esto ocurría en la dirección del centro:
Aleteia conversó con Jaime Lorenzo, director ejecutivo de la oganización no gubernamental Médicos Unidos por Venezuela, la cual agrupa a más de 3600 galenos en todo el país y cuenta con representación en diversas regiones del mundo.
Con más de treinta años de experiencia, la mayor parte de ella en gestión pública, el especialista de la salud analizó lo ocurrido en este caso venezolano que llevó a la destitucióin del presidente del centro sanitario y a varios pronunciamientos oficiales; en uno de ellos, Nicolás Maduro calificó lo ocurrido como un acto de “terrorismo”.
Murieron dos pacientes “que estaban en la emergencia”, denunció vía Twitter Mauro Zambrano, dirigente Sindical de Hospitales y Clínicas de Caracas, mientras que el ex secretario general de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chúo” Torrealba, ubicó después la cifra en siete, citando fuentes del hospital y gremiales.
La interrupción eléctrica que afectó al Hospital Universitario de Caracas (HUC) se extendió durante varias horas. De hecho, llamó la atención que el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, terminara por presentarse en el sitio y asegurara después que habían cortado “un seccionador que alimenta el hospital”, algo que consideró “deplorable”.
Cirujano general y especialista en el área de salud pública en la administración de hospitales, esto fue lo que respondió Jaime Lorenzo a Aleteia sobre este particular caso:
¿Cuál fue la falla principal?
-Todo sistema hospitalario tiene que tener garantía de funcionamiento eléctrico los 365 días del año, las 24 horas, con fluido estable, pues se trabaja con equipos muy sensibles a los cambios de voltaje y se tienen equipos que consumen mucha electricidad.
Hace doce años, se tenía como norma desde el Ministerio, que todos los equipos de soporte básico y soporte avanzado de vida debían contar con su pila de respaldo, una batería interna que debería brindar espacio de treinta minutos a dos horas de funcionamiento, independientemente de que se fuera la luz en las peores condiciones.
Equipos como monitores, ventiladores, máquinas de anestecia, que son de soporte básico o avanzado estarían incluidos; así como en un segundo plano, equipos para electrocardiogramas o ecosonogramas. Eso en caso de que fallara el sistema eléctrico de manera total; es decir, si se fuera por completo la energía que alimenta al hospital y además la planta eléctrica dejara de funcionar, ¡pero lo que ocurrió en el Hospital Universitario fue una locura!
“La directiva sabía que las plantas eléctricas no estaban funcionando”
Si bien hubo una falla eléctrica interna y externa, las plantas eléctricas no funcionaron. No dieron el respaldo necesario para que se generara energía eléctrica al hospital. Hay algo más grave: desde hace tres a 4 meses, los sindicatos que hacen vida en el centro de salud hicieron la denuncia de las fallas de las plantas debido a un problema eléctrico en la zona. Informaron que las plantas habían fallado, por suerte que en esa ocasión el fluido eléctrico había sido restituido con rapidez. La directiva ya tenía la denuncia.
Se va la luz y descubrimos que los equipos de soporte no tenían el complemento de protección: la batería que les permite funcionar mientras se hace el traslado hacia sitios donde puedan sobrevivir.
¿Cuestión de mantenimiento?
-Efectivamente. Hubo toda una serie de eventos debido a la principal falla: no tener una política de mantenimiento. Además, una de las pruebas más fundamentales es que en el momento de una falla eléctrica, debe prenderse en menos de 5 segundos, porque se trata de un establecimiento para garantizar la vida humana.
La directiva del hospital no cumplió con la garantía de funcionamiento de sus equipos para que el personal de salud hiciera su trabajo. Y si tenía una situación avisada cuatro meses antes, deberían contar con un plan alternativo.
¿Cuál es su función como director? Tener las previsiones necesarias y un plan alternativo para responder adecuadamente a la evacuación, así como formar parte de un política de contingencia a nivel hospitalario.
Una vez ocurre el apagón, se debe activar el protocolo de contingencia. ¿Fue así?
-Cuando nos percatamos del problema; es decir, cuando somos informados de la falla eléctrica, nuestros colegas se comunicaron con los responsables de otros centros hospitalarios, y a las 7 de la noche no sabían lo que estaba pasando en ese hospital.
O sea que entre las 5pm y las 7pm no se activó ningún plan de contigencia y de apoyo al Hospital Universitario. Y quien debe hacer el llamado ante una situación así es la propia directiva del hospital, que debe tener un mecanismo de comunicación con el Director de Salud de Caracas para que éste se active.
Todo esto nos alarma… Hay una clara ineficiencia en todo lo que sería planes de contingencia y mantenimiento.
Lo anterior sugiere que, aún en las circunstancias venezolanas, se trata de muertes evitables…
-Se fue la luz, la planta no funcionó; debieron mantenerse los equipos (activos) mientras se daba la oportunidad de que el personal de ese centro activara el plan de contingencia.
Es impresionante que haya tenido que apersonarse el propio ministro de Salud. Si bien es parte de su deber, antes de llegar él ya debía estar la situación controlada en cuanto al manejo de los pacientes, los traslados, los otros centros y toda una serie de actividades.
Cuando uno habla con los médicos, enfermeras y obreros, las historias que nos dicen son espeluznantes. El personal tomó decisiones por su cuenta hasta para evacuar a la gente. Llamaron ambulancias, y aunque pudiera haber sido lo adecuado, debió haberse activado más temprano.
Le aseguro que si hacen el llamado con suficiente tiempo, desde Protección Civil, bomberos y todo aquel que tenga algo qué ver con la atención de emergencias, se mueven para ayudar, porque es inmediato el accionar.
Entendemos que el gobierno quiere investigar el motivo de lo que inició el proceso, pero hay que investigar a todo el equipo directivo de este centro, porque son fallas consecutivas.
Pero destituyeron al director…
-Sí. Y eso es algo que no se debe hacer. El director se tiene que quedar bajo las órdenes de la junta interventora. Que se quede mientras ellos investigan. ¿Qué certeza tenemos de que estará acá? Ya del hospital debe estar bien lejos. Y de repente hasta lo nombran en otro cargo, uno no sabe.
Debería estar rindiendo declaraciones: primero, sobre las máquinas y las plantas eléctricas, porque habiendo sido notificado, no le dio respuesta a eso, a por lo menos hacer los mecanismos para arreglarlas. Ojo, el Instituto es autónomo para hacer mantenimiento. No es que tuviera que enviar una carta al ministerio, como sí les ocurre a los otros centros de salud.
Lo que se observa es una clara muestra de inexperiencia en el manejo de hospitales y de no tener la conciencia de lo que se tiene en las manos…
…Vidas humanas. Sobre las que han surgido cifras distintas, todas extraoficiales
–En nuesto caso, basada en información que nos dieron los órganos gremiales del hospital. El resto de los números que hemos escuchado es desde 28 hasta 7 (muertes) pasando por diferentes cifras. Nosotros no nos atrevemos a decirlos hasta que nos den pruebas de ello.
Lo que sí puedo insistir es en que si usted tiene todos los mecanismos de prevención funcionando, en menos de dos horas se puede trasladar a los pacientes, bajo contingencia.
En el pasado, con menos tecnología y en medio de situaciones complejas, el personal de salud se turnaba para darle respiración manual a los pacientes, y para el traslado sin ventiladores se hizo también con ambú sin problema. Y se conecta a una ambulancia en condiciones.
El dolor es ver a familiares de pacientes que hablan de la muerte de ellos con situaciones en las que nos preguntamos: ¿por qué? Si estaban conectados a un ventilador, éste debió seguir funcionando. Si falla una planta, quedan al menos dos como alternativa junto a los equipos de apoyo. ¡Es dantesca esta situación!
Este 18 de enero, en un intento desesperado por mejorar su imagen tras el hecho, el gobierno de Nicolás Maduro informó la activación de un “plan de seguridad” en las instalaciones del Hospital Universitario de Caracas.
El anuncio lo hizo nada menos que Néstor Reverol, su flamante ministro de Interior, a través de un trino en el cual sostuvo que las medidas buscan “elevar niveles de seguridad, respetando espacios de la UCV (Universidad Central de Venezuela) para erradicar prácticas delictivas”.