Deja de buscar la felicidad y serás más feliz
Para empezar este artículo vamos a ponernos de acuerdo en una cosa: no nos pondremos nunca de acuerdo en qué es exactamente la felicidad. No discutiremos sobre ello puesto que se trata de un concepto íntimo y personal, diferente a cada uno de nosotros.
Sobre esta base, los últimos estudios y tendencias nos señalan algo que puede sonarnos también a desacuerdo, pero que acabará por convencernos: como te pases con la obsesión de buscar la felicidad, te va a pasar todo lo contrario.
Es más, dándole la vuelta, podemos convertirlo en uno de esos propósitos de año nuevo: si quieres ser feliz, deja de buscar la felicidad. Ahí es poco. Vamos a ver cómo lo argumenta la ciencia.
Autoayúdate de verdad
Con al menos un estante o mostrador dedicado a esta temática, los libros de autoayuda proliferan en las librerías ofreciendo fórmulas más o menos secretas, más o menos fáciles o difíciles para alcanzar la felicidad. Hasta en Hardvard y Yale se estudia sobre qué es la felicidad y cómo llegar hasta ella.
La ONU ha decretado incluso un día para celebrarla: el 20 de marzo es el Día Mundial de la Felicidad. Sin embargo, un último estudio de la Universidad de Berkley concluye que obsesionarse con los ‘mantras’ de los libros de autoayuda nos lleva a lo contrario: que cuando más pendiente se está de la búsqueda de la felicidad y de su medición, menos satisfacción se tiene con la vida. De hecho, explican los autores de este estudio, en ocasiones, al estar muy obsesionados trabajando por nuestra felicidad, no sabemos disfrutar de los buenos momentos de la vida. Es decir, que podemos incluso dejar pasar nuestra felicidad.
Aseguran los psicólogos de Berckey que en ocasiones, leer sobre cómo alcanzar la felicidad aumenta nuestras expectativas y eso pone el listón más alto: hace que la persona tenga que analizar en cada momento cómo se siente para ver si es feliz o no.
Y es que las razones que desgranan las psicólogas que han realizado este estudio son claras: cuando uno está pendiente de analizar y medir su felicidad -y cómo llegar a ella- se centra excesivamente en el ‘yo’. Y eso hace por un lado que desconecte del entorno y deje de apreciar a las personas que tiene al lado y por otro, como causa efecto, aumente su sensación de soledad.
Sencillez
Desde la Universidad de Toronto, Canadá, señalan otro punto que convierte en ‘negativa’ la perenne búsqueda de la felicidad. Por ejemplo, pensamos que para ser felices tenemos que buscar tantas horas a la semana para estar con nuestra familia. Pero tenemos mucho trabajo y empezamos a agobiarnos porque no sabemos si vamos a poder sacar todo ese tiempo. Así, señalan desde esta Universidad en vez de un plan para ser feliz, lo que tenemos es un sentimiento de angustia. ¿Contraproducente, verdad?
Es decir, que saber mucho sobre qué nos hace felices, insistir en cómo llegar hasta nuestra felicidad a veces no nos ayuda, sino todo lo contrario. Pero no todas las conclusiones son negativas, al contrario: la lectura de estos estudios es positiva: si dejas de buscar insistentemente, vas a encontrar la felicidad de forma más sencilla. No se trata de dejar de pensar, pero sí de disfrutar más de todo lo que nos ofrece la vida, la familia, los amigos y analizar todo algo menos. Al fin y al cabo, todos sabemos más o menos qué es lo que nos hace felices, aunque no seamos capaces de llegar a un acuerdo sobre qué es la felicidad.
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