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El Grinch’: nueva adaptación del relato del Dr. Seuss

THE GRINCH
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José Ángel Barrueco - publicado el 23/12/18
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Un gruñón que odia lo navideño porque se crió en la soledad de un orfanato Si usted es madre, o padre como es mi caso, y ha prometido llevar a su prole a ver esta película, probablemente tendrá que optar por la versión doblada y perderse la original en inglés con la voz del actor Benedict Cumberbatch. No se asusten: su sustituto en España es Ernesto Alterio y no lo hace mal. 

No es la primera vez que adaptan al cine el libro del Dr. Seuss, autor especializado en literatura infantil a cuya obra el cine no deja de acudir en busca de fuentes que desemboquen en largometrajes para todos los públicos: aparte de varios cortos animados y películas de dibujos para televisión, el precedente más conocido es la versión que Ron Howard dirigió en el año 2000 con actores de carne y hueso y Jim Carrey interpretando al Grinch, esa criatura verde y gruñona que detesta la Navidad y cuanto la rodea (villancicos, festejos, regalos, adornos…).

Aunque aquella película parecía descabellada por su propuesta, con un actor de comedia embutido en un traje de pelo verde y con excesivo maquillaje, hoy la recordamos como uno de esos tantos tours de force interpretativos que nos ha regalado Jim Carrey; el filme no era nada del otro mundo, pero lo recordamos por el trabajo del actor.

Yarrow Cheney y Scott Mosier son los encargados de trasladar de nuevo este relato ya clásico. Recordemos su argumento: El Grinch es una criatura con un corazón tres veces más pequeño de lo normal; vive apartado de Villaquién, el pueblo al que sólo baja cuando necesita víveres porque odia lo navideño y siempre quiere estar en soledad y rehúye a la gente.

Un día, aproximándose fin de año, decide robar la Navidad para escarmentar a todos aquellos que son felices en estas fechas: su latrocinio significa despojarles de las cajas de regalos, de los abetos cargados de ornamentos, de las luces de colores y de cuanto simbolice la Navidad. Pero El Grinch no tardará en descubrir que su odio nace del tiempo de la infancia, cuando pasaba las navidades solo, en el orfanato y sin una familia a mano para apoyarse en ella.   

El Grinch de 2018 demuestra dos cosas: primera, que Jim Carrey es imbatible, y por tanto ningún dibujo animado, por muy bien definido que esté, puede eclipsar su interpretación; segunda, que se trata de un cuento que funciona en todas las épocas, al igual que narraciones de índole parecida (pensemos en Canción de Navidad y sus múltiples versiones en diversos formatos o en Pesadilla antes de Navidad), un relato intemporal que obedece a esa necesidad de algunos autores de expresar que lo navideño no es estrictamente toda la hojarasca que rodea al rito, sino un sentimiento humano, una manera de compartir, una opción para no estar solo y disfrutar de la compañía y de la charla de los demás. Tanto Mr. Scrooge como Jack Skellington como El Grinch descubren el lado humano (quizá sentimental) de la Navidad y de las relaciones entre las personas.

Y pese a las intenciones de sus responsables, pese a que los colores de los personajes y de los escenarios nos atrapan con su intensidad y su gama de tonos, sin embargo hay algo que no acaba de cuajar por completo, algo en el guión o quizá en la dirección que la lleva a un nivel que no alcanza al que establecieron, por ejemplo, divertimentos para niños como Batman: La Lego Película o Bob Esponja y su secuela… Pero a los críos esta película les gusta más que a nosotros, y al fin y al cabo es lo que importa cuando hablamos del cine destinado a las audiencias más jóvenes.  

Ficha Técnica

Título original: The Grinch

País: Estados Unidos

Director: Yarrow Cheney, Scott Mosier

Guión: Mike LeSieur y Tommy Swerdlow (basado en el cuento del Dr. Seuss)

Música: Danny Elfman

Género: Animación / Comedia navideña

Duración: 86 min.

 

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