Un sacerdote belga es condenado por no revelar la confesión de un hombre suicida, mientras crece la presión para los casos de abusos sexuales
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Respecto al secreto profesional, los prelados recuerdan que “lo que el agente pastoral -laico u ordenado- conoce en el ámbito del ejercicio de sus funciones no se divulga”.
“Quien viola el secreto profesional, de hecho, comete una infracción”, poniendo en tela de juicio “la credibilidad de la función pastoral” misma y exponiéndose a “sanciones civiles y canónicas”, explican en una nota de la que se hace eco la web de noticias del Vaticano.
Al mismo tiempo, señalan que “las informaciones que lleguen a los agentes pastorales por otras vías como las redes sociales, distintas a las del ejercicio de sus funciones, no están cubiertas por el secreto profesional”, aunque siempre deben tratarlas “con discreción“.
En algunos países como Bélgica, los agentes pastorales -catequistas, profesionales de un servicio de la Iglesia,…- no están obligados a comunicar lo que sepan, pero “en circunstancias excepcionales pueden ejercer el derecho a comunicar las informaciones, como está previsto en el Código Penal”.
Esas circunstancias excepcionales se refieren a situaciones urgentes en las que alguien, sea menor o un individuo vulnerable, corre un peligro real en relación a su integridad mental o física, y no puede ser protegida si no es con la ayuda de otro.
Es el caso del sacerdote Alexander Stroobandt, al que un tribunal belga ha condenado por no buscar ayuda para un hombre que le confesó que estaba planteándose suicidarse, según informó Reuters.
El tribunal emitió para el padre Alexander Stroobandt una sentencia de un mes de prisión condicional, después de dictaminar que no podía usar el secreto de confesión como defensa en el caso.
Stroobandt había estado aconsejando a un conocido suyo en relación a sus problemas con la depresión. Más tarde, ese hombre se suicidó.
Cuando la esposa de la víctima descubrió que el sacerdote había intercambiado varias llamadas telefónicas y mensajes de texto con su marido y que sabía del estado mental de su marido, contactó con las autoridades, que decidieron procesar a Stroobandt por no buscar ayuda para el hombre.
Según Reuters, el abogado de Stroobandt planea recurrir la condena fundamentándose en que el secreto de confesión es inviolable. Pero este caso, ¿es de secreto de confesión?
Los obispos belgas remarcaron que “las conversaciones que no tienen lugar en el marco sacramental de la penitencia no están cubiertas por el secreto de confesión”.
El secreto de confesión “es una forma particular del secreto profesional”, recuerdan los obispos belgas. En él no hay excepciones: según el Código de Derecho Canónico, “es inviolable” incluso “en relación a las autoridades civiles o a la justicia” porque está ligado a un sacramento, el de la penitencia.
En casos de personas vulnerables implicadas, “el sacerdote puede exhortar a quien ha cometido abusos sexuales sobre menores a presentarse en un tribunal o ante las autoridades, poniendo incluso la condición de no conceder la absolución hasta que esto ocurra”.
Si quien se confiesa es la víctima de estos abusos, el sacerdote deberá usar todos los medios a su disposición para conducirla a una adecuada asistencia.
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“La autoridad eclesial destaca la importancia de una buena colaboración con las autoridades civiles competentes, en el ámbito de los casos de abusos sexuales a menores”, escriben los obispos belgas.
Cuando una víctima o un culpable de abusos sexuales pide reserva a un agente pastoral (no ya en la confesión, sino en otros ámbitos), “hay que evitar prometer total confidencialidad, pero es necesario explicar con absoluta transparencia lo que se hará con las informaciones recibidas y por qué”.
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