Según Inès de Franclieu, fundadora de la asociación Com’ je t’aime, especializada en educación afectiva y sexual, hablar a nuestros hijos de la belleza de su cuerpo y de su finalidad es la primera clave para enseñarles a saber decir ‘no’ y así protegerles de posibles abusos por parte de adultos, de otros niños, de la publicidad o de la industria pornográfica“Gracias mamá por haberme hablado de este tema”. Son las palabras que pronunció hace diez años un niño de 8 años al volver de un campamento de verano durante el cual los “mayores” exigían a los más pequeños felaciones bajo la amenaza de ser castigados con ir a recoger leña. Unas palabras que siguen resonando en la memoria de Inès de Franclieu.
Unas palabras que comportan dos lecciones capitales: por una parte, la palabra salva, ya que el pequeño supo decir ‘no’ gracias a la educación recibida anteriormente; por otra parte, la inutilidad de criar a nuestros hijos en una burbuja cuando pueden estar bien armados para afrontar el mundo.
La clave para educar a un hijo a saber posicionarse frente a una agresión de orden sexual es hacerle descubrir, desde la más temprana edad, la belleza de su cuerpo sexuado. Esta convicción de Inès de Franclieu fue la que la llevó, apoyándose en una experiencia de más de 750 intervenciones en escuelas sobre educación afectiva, a crear Com’ je t’aime, una asociación reconocida de interés general con vistas a suscitar en los niños una mirada de admiración sobre la sexualidad.
Solamente maravillados por esta belleza y esta finalidad más elevadas que ellos mismos podrán respetar su propio cuerpo y el de los demás. “Cuanto más y más pronto comprenda el niño el misterio de este cuerpo sexuado hecho para amar y dar vida, más sabrá comportarse en caso de tocamientos o agresiones”, destaca la fundadora y también autora del libro en que aborda este tema Dis, en vrai, c’est quoi l’amour ? (ed. Emmanuel).
¡No sirve provocarle miedo!
Aunque es importante educar a los hijos en el amor y la sexualidad, hay que tener cuidado con la forma de hacerlo. No hay necesidad de empañar su inocencia soltándole directamente que algunos adultos u otros niños pueden tener gestos inapropiados con ellos. “¡Eso es aterrador y le generará miedo a vivir!”, explica Inès de Franclieu. Así que no se trata de prevenir provocando un estado angustioso, sino más bien de una “prevención positiva” que consiste en darle las claves para respetar y hacer respetar su cuerpo.
La especialista en educación afectiva va más lejos, remarcando que “la prevención sanitaria es incluso peligrosa: ¡uno no hace senderismo en la montaña si te dicen que hay grietas y hielo! Vas a la montaña porque te han dicho que la sensación allí arriba es fantástica, aunque conviene llevar unas buenas botas”. El papel de los padres no es el de pintar un cuadro negro con el que se corre el riesgo de que el niño pierda todo deseo de amar, sino que deben acompañarle en esta ascensión ofreciéndole las herramientas para afrontar los eventuales peligros.
El barniz protector
¿Cómo actuar entonces? “Una conversación sencilla y positiva sobre el cuerpo y la sexualidad es como un barniz protector para nuestros hijos”, afirma Inès de Franclieu. Ella compara la palabra a un barniz que se aplica sobre un mueble de madera sin tratar. Si se vierte una botella de agua sobre la madera en bruto, la mancha penetra profundamente en la madera y será difícil de limpiar. En cambio, si hemos cubierto con barniz el mueble, el agua penetrará mucho menos en la madera. Y será posible limpiar la mancha.
Hablar de la belleza del cuerpo, que fue hecho para amar y dar vida, es proteger al niño, es ofrecerle un escudo contra las agresiones visuales, como la publicidad, o verbales, como las que se pueden escuchar en los patios del colegio, e incluso físicas. “El niño que haya aprendido la belleza del amor expresada por el cuerpo sexuado sabrá posicionarse en relación a una agresión”, concluye Inès. “Será menos vulnerable”.
Los ladrones
El cuerpo es bello porque está hecho para amar y la sexualidad es bella porque da vida. Como consecuencia de estas dos finalidades, amar y dar vida, es importante hacer comprender al niño lo precioso que es su cuerpo. Para ello, Inès de Franclieu utiliza otra metáfora, la de los ladrones. ¿Qué buscan los ladrones cuando roban en una casa? Las joyas, desde luego, no las patatas. Un ataque de carácter sexual daña lo más preciado que tenemos en nosotros. Por eso, Inès invita a los niños a cuidar sus cuerpos y a no dejarse tocar.
Inès de Franclieu invita a estar atentos contra los tocamientos insistiendo en el carácter sagrado e íntimo del cuerpo: “Nadie tiene derecho a obligarte a mostrar tu cuerpo ni a tocarte sin tu permiso. Tu cuerpo es tuyo y es sagrado”. Estas palabras anidarán en la mente del niño y le ayudarán a reaccionar.
Com’ je t’aime ofrece también conocimientos de la pedagogía desarrollada por Inès de Franclieu para saber participar en los centros escolares.