Celebrar con auténtica fe la Navidad. Es la invitación del papa Francisco en la misa del 10 de diciembre de 2018 en la Casa Santa Marta del Vaticano.
En su homilía comenta el episodio del evangelio de Lucas que narra la curación de un paralítico.
Es el punto de partida para reafirmar que la fe infunde valor y es el camino para tocar el corazón de Jesús.
La Navidad no se celebra mundanalmente
Francisco recuerda que “Jesús admira la fe en la gente” como en el caso del centurión, que pide la curación de su siervo.
También el de la mujer siro-fenicia que intercede por la hija poseída por el demonio, o el de la señora que, sólo tocando el borde del manto de Jesús, se cura de las pérdidas de sangre que la afligían.
Pero “Jesús –añade el Papa– riñe a la gente de poca fe” como Pedro, que duda. “Con la fe –prosigue- todo es posible”.
Francisco invita a pedir esta gracia en este momento del Adviento: "prepararnos con fe a celebrar la Navidad".
Con el corazón el acto de fe
Emblemático para el Papa es el episodio de la curación del ciego en el capítulo IX de Juan, su acto de fe ante Jesús que le reconoce como el Mesías.
De ahí la exhortación de Francisco a confiar a Dios nuestra fe, defendiéndola de las tentaciones del mundo.
Y acabar desde nuestro corazón con el acto de fe:
Creo, Señor. Ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, sean teologizantes o moralizantes… no. Fe en Ti, Señor