A través de sus diarios personales, sus homilías, sus meditaciones y las correspondencias con sus seres queridos descubrimos la magnífica herencia espiritual de los siete monjes mártires de Tibhirine
Compartían una vida comunitaria real, una vida ordinaria. Allí lograron algo extraordinario: formaron una auténtica comunidad monástica teniendo cada uno un itinerario espiritual individual: con Paul, un artesano con una fe muy encarnada, con Luc, cuya humildad transformó su servicio a los enfermos en la más hermosa de las oraciones, o incluso con Christophe, que supo encontrar las palabras en la poesía para traducir la experiencia de Cristo…
Su mensaje es a la vez el de cada hermano en su recorrido y espiritualidad particulares y el de la fraternidad que construyeron juntos gracias a los dones de Cristo.
Descubre (con la ayuda de Marie-Dominique Minassian, coautora del libro autobiográfico de estos monjes Heureux Ceux qui espèrent) los siete itinerarios espirituales de estos monjes, tan diferentes como inseparables.
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