La Iglesia reúne a expertos de todo el mundo para abordar el problema de las adiccionesNo hay palabras para describir el sufrimiento de una madre que se enfrenta al dolor de un hijo adicto a drogas, sexo, alcohol, juego o dependiente de malos hábitos como exagerar en el uso del teléfono móvil y las nuevas tecnologías. El Vaticano ha organizado un convenio titulado “Drogas y dependencias: un obstáculo en el desarrollo humano integral”, que se lleva a cabo en el aula del Sínodo desde el 29 de noviembre hasta el 1 de diciembre 2018.
“Es un sufrimiento tal, una madre que tiene un hijo con estos problemas que, a veces, puedes solo acompañar. Yo lo he vivido. Resido en una parroquia en Roma y me gusta vivir allí porque es donde se ve a tantas personas que han caído en estas trampas, son seudo-resoluciones a los problemas: jóvenes que caen por un fracaso afectivo o profesional”, comentó a Aleteia monseñor Segundo Tejado, subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral durante la presentación del evento en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La conferencia reunirá a expertos de todo el mundo, organizaciones internacionales interesadas, especialistas de iglesias locales y personas que trabajan en centros de rehabilitación, para analizar las complejas áreas del uso y tráfico de drogas. Al igual que otras dependencias, aprender de diferentes experiencias y mejores prácticas, en prevención, lucha, tratamiento y rehabilitación.
Como símbolo esperanzador, Tejado ilustra que se ha seleccionado como representación visual del convenio una red rota “donde se puede caer, pero hay espacios para salir” de las dependencias. “La Iglesia ayuda en esto siendo maestra y madre, y tantísimas organizaciones ayudan a salir de estas trampas, pienso a la droga”.
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Narcotráfico
La Conferencia además tiene como objetivo responder al llamado del Papa Francisco en la lucha contra los narcóticos y una demostración del compromiso de la Iglesia para contrarrestar el problema de las dependencias.
Según el Informe Mundial de Drogas 2017, “se estima que 250 millones de personas, o aproximadamente el 5% de la población adulta del mundo, tomaron drogas al menos una vez en 2015. Aún más preocupante es el hecho de que alrededor de 29,5 millones de estos usuarios de drogas, es decir el 0,6% de la población adulta del mundo, padecen trastornos relacionados con su consumo. Esto significa que el uso de drogas es perjudicial hasta el punto que conduce a formas de dependencia y a la necesidad de tratamiento”.
En Europa, el 80% de los casos de solicitud de tratamiento para salir de una adicción a drogas se deben al consumo de heroína, al mismo tiempo que el consumo de cocaína está creciendo. Al igual que otras drogas que se venden a bajo costo y de forma anónima on-line.
Adicción a Internet
Los expertos invitados a participar en el Convenio también reflexionarán sobre una nueva tendencia: las adicciones por definir o los malos hábitos que provienen del uso compulsivo de las tecnologías e Internet, en especial el uso de celulares de ultima generación y de depresiones derivadas de la virtualidad inconexa a las relaciones auténticas y afectivas.
“Son todas cosas nuevas, tenemos que profundizar, la literatura especialista en esto ya está empezando a estudiarlas y hablarlas. Vamos a ver que nos dicen. Pero es un hecho claro que está ahí. Estos jóvenes que se cierran en su habitación, se cierran en sus relaciones simplemente a través del móvil y claramente esto va a crear problemas: personas que tienen una relación virtual con los demás”, comentó el subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
“El hombre está llamado a amar y esto es tocarte, verte, es estar contigo y con el otro. Y claro esto el móvil no lo permite. Con esto no quiero decir que tenga nada contra las redes sociales, ni mucho menos. Pero, llevadas al máximo, a ser un refugio de algo, pueden convertirse en algo peligroso”, agregó Tejado.
Esclavitud del juego
El juego es otra adicción que se encuentra en el programa del evento en el Vaticano. De hecho, la legalización del juego, (incluso cuando está motivado por el deseo de retirarlo de la administración de las mafias y la criminalidad) aumenta exponencialmente el número de jugadores compulsivos. También está el tema ético y moral de la tributación por parte del estado del dinero que proviene de la esclavitud mental de los jugadores compulsivos.
Los organizadores se proponen igualmente reflexionar sobre el consumo de cannabis que sigue siendo habitualmente aceptado. Y sobre el debate internacional, que tiende a subestimar el juicio ético sobre esta sustancia (que, por definición, es negativa como cualquier otra droga) y centrarse más bien en sus posibles usos terapéuticos.
“Un grupo de jóvenes ex drogadictos que participan en una comunidad (terapéutica) el sábado entregarán personalmente un regalo al Santo Padre que nos recibirá en audiencia”, anunció a Aleteia Segundo Tejada.