“Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”…«Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34,7). Las palabras del salmista las hacemos nuestras desde el momento en el que también nosotros estamos llamados a ir al encuentro de las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de “pobres”. Quien ha escrito esas palabras no es ajeno a esta condición, sino más bien al contrario. Él ha experimentado directamente la pobreza y, sin embargo, la transforma en un canto de alabanza y de acción de gracias al Señor. Este salmo nos permite también hoy a nosotros, rodeados de tantas formas de pobreza, comprender quiénes son los verdaderos pobres, a los que estamos llamados a dirigir nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades. Así comienza el mensaje de Francisco para la II Jornada Mundial de los Pobres. El Papa te invita con estas palabras a escuchar el grito de los pobres, los desamparados, los descartados.
Escúchalos también a través de la Palabra de Dios, palabra del pueblo siempre vigente. Escucha pero también ponlo en práctica: