Así pretende el nuevo ejecutivo mexicano “acabar” con tantas muertes por narcotráfico
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Todavía es presidente electo –en funciones hasta el 1 de diciembre—y ya ha puesto, varias veces, a México de cabeza. Es el líder de la denominada “cuarta transformación” de la historia de este país (Independencia, Reforma, Revolución), Andrés Manuel López Obrador.
Deseoso de ajustar su agenda con la agenda “progresista” de regímenes como Uruguay o Canadá, el equipo que rodea al presidente electo, con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y Senadores, presentó esta semana un proyecto de ley mediante el cual se legalizará la producción, la venta y el consumo de cannabis en el segundo país con mayor producción de marihuana, opio y heroína del mundo.
El proyecto fue presentado en el Senado, liderado por Ricardo Monreal Ávila, del partido de López Obrador, Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), y a través de la regulación del producto, la venta y el uso lúdico de la marihuana, pretende disminuir el número (brutal) de delitos en torno al narcotráfico en México y ser una estrategia para pacificar un país que cerrará 2018 con cerca de 25.000 homicidios dolosos.
La próxima secretaria de Gobernación, la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, fue la encargada de presentar la iniciativa de ley ante el Senado de la República. En su exposición de motivos, Sánchez Cordero dijo: “Tenemos que replantear la política de drogas en nuestro país. Es momento de cambiar”. Y más adelante detalló que la propuesta para regular la marihuana tiene tres fines: “personales, científicos y comerciales”.
“No queremos más muertos. La iniciativa busca equilibrio y terminar de una vez por todas con la guerra que nos sigue matando”, expresó Sánchez Cordero al presentar el proyecto, que fue turnada a las comisiones unidas de Salud, Seguridad Pública y de Estudios Legislativos del Senado de la República.
Como en Holanda
La iniciativa, que había sido promesa de campaña de López Obrador, argumenta que esta nueva ley regulará toda la cadena de producción, desde la siembra, cultivo, cosecha, producción, transformación, etiquetado, empaquetado, promoción, publicidad, patrocinio, transporte, hasta la distribución, venta, comercialización, portación y consumo de la marihuana.
En el cuerpo de la nueva ley se dice que ésta pretende respetar la autonomía de las personas; proteger su salud frente a un producto psicoactivo; minimizar la alteración de potencias de componentes del cannabis con efectos inciertos así como promover la información basada en evidencia, sobre etiquetado y condiciones de consumo.
También señala que va a proteger de riesgos a la población más vulnerable: niños, niñas y jóvenes; a establecer la venta de cannabis como un servicio socialmente responsable y facilitar programas de rehabilitación y tratamiento para todo aquel que lo solicite.
Por lo demás, en el proyecto se prohíbe el comercio, distribución, donación, regalo, venta y suministro de mariguana a menores de edad, así como emplearlos en estas actividades. También queda prohibido usar drogas mientras se conduzca un vehículo automotor o maquinaria peligrosa.
Toda persona tendrá derecho a portar hasta 30 gramos de cannabis. En caso de que las personas requieran portar más de 30 gramos tendrán que solicitar un permiso al Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis, según señala el artículo 4. La Ley General de Salud vigente permite la portación de cinco gramos de marihuana que es la cantidad considerada para consumo personal.
Finalmente, los adultos mexicanos –y los muchos millones que visitan anualmente México (también para ellos está pensada la iniciativa de Morena)– podrán fumar mariguana en espacios públicos, excepto en aquellos cien por ciento libres de humo de tabaco. En una palabra, como en Holanda, pues.