En reacción a la publicación del informe sobre el clima del IPCC, 19 organizaciones católicas de desarrollo lanzan un “llamamiento urgente”
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“Limitar el calentamiento climático a 1’5 ºC es una cuestión de supervivencia para el conjunto de la Humanidad”. A raíz del informe que acaba de publicar el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se han reunido unas 19 organizaciones católicas de desarrollo en el seno de la Cooperación Internacional por el Desarrollo y la Solidaridad (CIDSE), de la que forma parte la organización católica contra el hambre y por el desarrollo CCFD-Terre Solidaire, para tomar la palabra y hacer un llamamiento “a una reacción urgente contra el cambio climático”.
Estas organizaciones que se declaran presentes en los 120 países del mundo insisten en la necesidad de tomar “decisiones políticas valientes”. Concretamente, según ellos, estas decisiones pasan por un abandono de las energías fósiles para “efectuar la transición hacia las energías renovables”.
“Los flujos financieros deben girarse hacia estas alternativas viables. Los niveles actuales de consumo de energía deben reconsiderarse, dándonos cuenta de la finitud de nuestro planeta y respetando sus límites”, se lee también en el llamamiento. En lo concerniente a nuestro estilo de vida, los signatarios invitan a reorientarnos hacia la agricultura biológica y a “reubicar los sistemas alimentarios para reducir los desperdicios alimentarios y los residuos y construir una auténtica soberanía alimentaria”.
“La próxima cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 24, Katowice, Polonia, en diciembre de 2018) debe constituir una etapa primordial en la aplicación del Acuerdo de París, firmado hace tres años”, recuerdan finalmente los signatarios. “Ahora más que nunca es necesario que nuestros dirigentes lo reconozcan y adopten las medidas necesarias para limitar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Se trata de un imperativo moral”.
En una entrevista para La Croix, Julia Bond, responsable de la defensa de la justicia climática y la energía en la CIDSE, resume el espíritu del llamamiento: “Hemos querido decir que sí, que la situación es dramática, pero que existen soluciones”.