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El Papa sigue firme en la búsqueda de la verdad sobre caso McCarrick

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 06/10/18
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Ultima hora: El Pontífice promete nuevo estudio de toda la documentación en los archivos de los Dicasterios y las Oficinas de la Santa Sede sobre el caso del ex cardenal estadounidense, objeto de un fuerte ataque personal contra Francisco Dando un nuevo paso en erradicar la cultura del abuso en la Iglesia, el papa Francisco prometió salir al paso a las acusaciones sobre la conducta del arzobispo Theodore Edgar McCarrick realizando nuevo estudio de toda la documentación presente en los archivos de los Dicasterios y las Oficinas de la Santa Sede sobre el caso del ex cardenal que fue acusado de abusar de un menor en los años setenta y de actos indebidos con seminaristas. 

La oficina de prensa ha publicado este 6 de octubre en la tarde un comunicado en el que se expresa que después “de la publicación de las acusaciones sobre la conducta del arzobispo Theodore Edgar McCarrick, el Santo Padre Francisco, consciente y preocupado por el desconcierto que están causando en la conciencia de los fieles, ha dispuesto que se comunique lo siguiente: 

En septiembre de 2017, la Arquidiócesis de Nueva York informó a la Santa Sede que un hombre acusó al entonces cardenal McCarrick de haber abusado de él en los años setenta. El Santo Padre ha establecido a respecto una investigación preliminar exhaustiva, que fue realizada por la Arquidiócesis de Nueva York y al final de la cual se envió la documentación relativa a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Mientras tanto, a medida que surgieron pruebas serias durante la investigación, el Santo Padre aceptó la renuncia del Arzobispo McCarrick del Colegio de Cardenales, ordenándole la prohibición del ejercicio del ministerio público y la obligación de llevar una vida de oración y de la penitencia”. 

La Santa Sede no dejará, a su debido tiempo, de dar a conocer las conclusiones del caso que involucra al Arzobispo McCarrick. También en referencia a otras acusaciones presentadas contra el clérigo, el Santo Padre ha establecido completar las informaciones recopiladas a través de la investigación previa con un nuevo estudio cuidadoso de toda la documentación presente en los Archivos de los Dicasterios y las Oficinas de la Santa Sede sobre el cardenal McCarrick, con el objetivo de comprobar todos los hechos relevantes, ubicarlos en su contexto histórico y evaluarlos con objetividad.

La Santa Sede es consciente de que, a partir del examen de los hechos y de las circunstancias, pueden surgir  decisiones que no serían coherentes con el enfoque de hoy en estos temas. Sin embargo, como dijo el Papa Francisco, “seguiremos el camino de la verdad, adondequiera que nos lleve”(Filadelfia, 27 de septiembre de 2015). Tanto los abusos como su cobertura no pueden ser  más tolerados y un tratamiento diferente para los Obispos que los han cometido o encubierto representa, de hecho una forma de clericalismo inaceptables.

El Santo Padre Francisco renueva la urgente invitación de unir fuerzas para combatir el grave flagelo de los abusos dentro y fuera de la Iglesia y para evitar que esos crímenes se cometan contra los más inocentes y vulnerables de la sociedad.

Él, como se anunció, convocó a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para el próximo mes de febrero, mientras que las palabras de su reciente Carta al Pueblo de Dios aún resuenan: “la única manera que tenemos para responder a este mal que viene cobrando tantas vidas es vivirlo como una tarea que nos involucra y compete a todos como Pueblo de Dios. Esta conciencia de sentirnos parte de un pueblo y de una historia común hará posible que reconozcamos nuestros pecados y errores del pasado con una apertura penitencial capaz de dejarse renovar desde dentro”(20 de agosto de 2018).

La ‘barca de Pedro’ se ha encontrado en medio de una ‘tormenta perfecta’ de fuerzas opuestas sobrecargadas de acusaciones de encubrimiento a curas y miembros de la Iglesia involucrados en casos de abusos sexuales contra menores y adultos vulnerables. 

De hecho, se mueven críticas feroces contra el Papa, pues no se tolera que un líder mantenga silencio y no se defienda, pues esto parecería corroborar la versión de sus enemigos. Especialmente cuando las acusaciones tienen origen desde el interno y no de un cuervo cualquiera. 

El 28 de agosto de 2018 ha sido publicada una misiva firmada por arzobispo italiano, ex nuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, quien aseguró, sin dar documentación alguna, que Francisco conocía desde el 23 de junio de 2013, las acusaciones de abusos sexuales que pesaban sobre el excardenal Theodore McCarrick, 88 años, expulsado del colegio de cardenales meses antes por el mismo Francisco dado que se le comprobó el abuso a un menor en los años setenta.

“Ni el papa, ni ninguno de los cardenales en Roma han negado los hechos que afirmé en mi testimonio (memorándum de 11 páginas). ‘Qui tacet consentit‘ seguramente se aplica aquí, ya que si niegan mi testimonio, solo tienen que decirlo y proporcionar documentación para respaldar esa negación”, afirmó Viganò en una segunda carta incendiaria contra Francisco y donde desafió al Vaticano a decir lo que sabe sobre el escándalo.

Por su parte, papa “Francisco eligió la paciencia y la humildad y no se ha dejado involucrar en una terrible espiral de disputas”, dijo Federico Lombardi, jesuita, ex portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede en una entrevista a TV2000 (3.09.2018). 

El caso McCarrick ha sido una polvorera debido a los ecos, especialmente en los medios norteamericanos, que han difundido animadamente la acusación del ex nuncio Viganò alimentando un vórtice de venenos y prejuicios contra el pontificado y sus colaboradores. Incluso eclipsando todas las cosas realizadas y concretas hechas por Francisco para prevenir y acabar con la lacra de los abusos. 

La génesis del problema radica en el ascenso que ha tenido McCarrick en la jerarquía de la Iglesia a pesar de que en algunos círculos se ponía de manifiesto su tendencia a las molestias de jóvenes seminaristas. En el año 2000, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo en Washington y el año siguiente lo crea cardenal. 

Sucesivamente, en el año 2009-2010 (probablemente se verá en los archivos que promete Francisco), papa Benedicto XVI firme en su convicción de acabar con los abusos parece haber pedido al anciano cardenal, ya en pensión, que abandone el seminario y lleve una vida retirada. Cuestión que los enemigos de Francisco han usado para decir que él no cumplió con una orden privada de papa Joseph Ratzinger. Lo que está por determinarse es que nunca hubo una sanción oficial y McCarrick siguió apareciendo en público, ya que en 2012 incluso se ve en fotos oficiales con Viganò, durante una gala diplomática en Washington y en un video que corre en redes en el que el entonces nuncio asegura al cardenal su aprecio personal por su servicio a la Iglesia. 

Lo cierto es que el 27 de julio de 2018, el papa Francisco expulsa del colegio de cardenales a McCarrick y dados los últimos precedentes ahora el ex cardenal se arriesga incluso a ser dimitido del estado clerical por orden del Papa, como ya lo hizo con Fernando Karadima y César Cordero Moscoso.  Francisco fue quien consideró la acusación de molestia sexual contra un menor de hace 47 años y dispuso que el ex cardenal este casi en un arresto domiciliario.

Ahora, con este comunicado, el Papa Francisco vuelve a confirmar su compromiso en erradicar los abusos sexuales, de conciencia y de poder en la Iglesia, incluso dando documentación precisa sacada de fuentes oficiales y sin importar que tan alto sea el cargo del abusador, pues parafraseando al pontífice latinoamericano,  “no hay espacio para abusadores en la Iglesia”.

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