Aprovechen bien esta etapa para descubrir si lo vuestro es para toda la vida.Todos queremos un amor auténtico, pero el enamoramiento no lo garantiza. Es necesario vivir un tiempo de trato y de conocimiento real recíproco para evaluar si será posible compartir un proyecto de vida juntos. Ese es el sentido del noviazgo.
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Los enamorados se lanzan a la aventura de conocerse porque, si bien el noviazgo no agota el conocimiento de una persona, sí les aporta el conocimiento suficiente para decidir o no un proyecto de vida en común.
Estos son 4 aspectos fundamentales que conviene conocer del otro.
1.Conocer los valores
Si hay comunicación, diálogo e interrelación puede advertirse suficientemente la identidad de una persona.
Es común idealizar al otro o tener hacia él una proyección imaginativa de las propias expectativas o deseos. ¡Cuidado! En el noviazgo es crucial buscar la verdad.
¿Lo que siento hacia él responde a sus valores reales? ¿Lo admiro de él es real? ¿Conozco sus defectos? ¿Lo quiero pese a ellos?
Sería un error poner el foco en ver si uno tiene sentimientos hacia la persona y no en saber si la persona tiene los valores reales que provocaron ese sentimiento.
2.Conocer lo cotidiano
Conocerse implica un trato interpersonal en lo cotidiano de la vida que permite advertir si la persona de la que estoy enamorada es la persona con la que quiero compartir con ella toda la vida y a la que quiero que nuestros hijos se parezcan.
Lo normal al enamorarse es querer pasar todo el tiempo posible junto a esa persona pero, a medida que avanza la relación, deseamos que esta sea estable, duradera y sentirse seguros a la hora de hacer planes y proyectos de vida.
Si uno no está dispuesto a convivir toda la vida con aspectos del otro que no le agradan no es prudente continuar la relación.
El noviazgo es una fase de prueba de la relación, por lo que su interrupción no supone ningún fracaso, por muy dolorosa que sea.
3. Conocer las diferencias
Hay que ser muy realistas en el conocimiento de las diferencias de la pareja para ver si va a ser posible un proyecto de vida conjunto. Evita por favor fantasear con la posibilidad de que esa persona cambie.
Conocer de verdad las fortalezas y debilidades de cada uno es un paso fundamental para avanzar. Mientras más claras las tengamos, más autenticidad obtendréis en vuestra relación.
La mirada del amor auténtico no sólo nos abre al conocimiento del otro sino muy especialmente al de nosotros mismos. El otro nos ayuda a crecer y mejorar como persona.
A través de pequeños desencuentros, discusiones y peleas somos capaces de tener ese conocimiento mutuo, de perfeccionarnos y de conocer la manera de ser de la persona de quien uno se ha enamorado.
Esto nos lleva a que nuestras acciones estén pensadas para el bien del otro y no solo para nuestro bienestar. Vivir con generosidad y sin egoísmo es fundamental para dar al otro lo mejor de mi y todo lo que pueda darle para hacerle feliz.
4. Conocer el corazón
La mirada del amor auténtico permite ver no solo lo que la persona es con sus imperfecciones, defectos, limitaciones, sino lo que la persona puede llegar a ser.
Al conocer del otro su misión y sueños más profundos, nos volvemos protagonistas de un proyecto de amor del cual somos una parte esencial, haciéndolo crecer y desarrollándolo.
El amor auténtico no corta alas; siempre es fecundo.