Desde el Vaticano, el cardenal Baldissieri mitiga polémica por la declaración de un arzobispo estadounidense que pedía al Papa de cancelar el Sínodo y confirma la participación histórica de dos obispos chinos “Yo creo que los jóvenes son inteligentes y abiertos al bien y al mal. Entienden y entenderán, los escándalos en la Iglesia, ciertamente, que golpean en estos tiempos el corazón, la mente y el imaginario, pero creo que los jóvenes están abiertos a comprender ellos mismos, la fragilidad humana, porque saben de caer y de volver a alzarse”, dijo el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario del Sínodo de los Obispos durante la conferencia de prensa de presentación en el Vaticano del evento sobre la vocación y los jóvenes (3-28 de octubre 2018).
La Iglesia “santa y pecadora” no es solo representada por algunos clérigos que se equivocan. El Secretario del Sínodo destacó que el evento es una “ocasión” para poner a prueba a la Iglesia representada por 267 padres sinodales que están llegando en las próximas horas a Roma provenientes de los cinco continentes y dar “testimonio”. Entre ellos, 181 fueron elegidos por sus respectivas conferencias episcopales y cuarenta nombrados por Francisco.
Así confirmó que el Sínodo es una “oportunidad providencial” de encuentro entre el Papa y los obispos reunidos también Roma para hacer conocer la Iglesia en su entereza y no solo por los titulares en los medios de comunicación que denuncian a representantes del clero “que fracasaron dando escándalo”. Se trata de una “alternativa para hacer entender a los jóvenes y a los adultos lo que es la Iglesia”.
“El tema de los jóvenes hoy en día es sin duda un “desafío”, como en efecto fue el de la familia. Y la Iglesia no tiene miedo de enfrentarse a los retos, que son siempre difíciles y peligrosas. No le teme, porque está cierta de la fuerza espiritual y humana que viene del Espíritu Santo, que inspira y apoya a sus pastores y sus ovejas, encabeza de quien tiene el ministerio de confirmar a los hermanos”, explicó Baldisseri.
El papa Francisco en su viaje a los países Bálticos había indicado que los jóvenes se alejan de la Iglesia con razón cansados de los escándalos económicos y sexuales. Además, explicando que ellos quieren coherencia. “Los jóvenes se escandalizan por la hipocresía de los poderosos. Se escandalizan por las guerras, se escandalizan de la incoherencia, se escandalizan de la corrupción. Y en esto de la corrupción entra […] los abusos sexuales” (Rueda de prensa durante el vuelo de regreso de Estonia, 25.09.2018).
Interrogado por la prensa, el Secretario General del Sínodo sostuvo que el Vaticano no prepara ‘sanciones’ contra “dos o tres” prelados que no asistirán al Sínodo. El cardenal Baldisseri desmontó la historia de la oposición al Sínodo asegurando que se trataba de ausencias justificadas por motivos pastorales.
En especial, se señaló el caso del arzobispo de Newark, cardenal Joseph Tobin, quien anunció que no asistirá al Sínodo debido a sus obligaciones pastorales en la arquidiócesis, golpeada por la crisis actual de abusos sexuales de la Iglesia en Estados Unidos. “Después de las revelaciones del verano pasado, no podría verme ausente durante un mes de nuestra arquidiócesis y de ustedes, las personas confiadas a mi cuidado”, expresó el cardenal Tobien, en un comunicado el 21.09.2018.
Precisamente, la diócesis que encabeza el cardenal Tobin se encuentra en el ojo del huracán por los abusos; en junio se reveló que el arzobispo emérito Theodore McCarrick, ex miembro de Newark, había sido acusado de abusar sexualmente de un adolescente en los años setenta.
Por su parte, el cardenal Baldisseri sostuvo con vehemencia que no existe oposición al Sínodo convocado por el papa Francisco y que la participación, la organización y el desarrollo del evento sigue como programado.
Además se refirió al “único caso” de una voz crítica sobre la cita, sin mencionar al interesado, es decir al arzobispo de Filadelfia, monseñor Charles Chaput, que pidió al Papa cancelar el Sínodo de los Jóvenes y dedicar un encuentro similar a la reflexión sobre la vida de los obispos en el contexto de los escándalos de los abusos sexuales.
Escándalo que levantó además la publicación del informe del Gran Jurado de Pensilvania a mitad de agosto en el que se denunciaba que 300 sacerdotes habían abusado de cerca 1000 niños en una línea de tiempo de 70 años y que involucra a seis diócesis.
El Chaput dijo el 30 de agosto que envió una carta al Pontífice para explicarle que “ahora mismo, los obispos no tendrían absolutamente ninguna credibilidad al referirse a este tema” (“Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional“). Sin embargo, todos los prelados de EE.UU invitados por el Papa confirmaron su participación y manifestaron, en su mayoría, solidaridad hacia Francisco.
La bomba mediática estalló además con la acusación, el 26 de agosto de 2018, del ex nuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, que, sin pruebas, exigió la renuncia del papa Francisco por considerar que él encubrió a McCarrick (expulsado del Colegio de cardenales por el mismo Papa) aludiendo a que le informó de sus malas conductas en un coloquio privado en junio de 2013. Y la semana pasado publicó otra carta criticando el ‘silencio’ del Papa.
Por otro lado, el Secretario General del Sínodo, el cardenal Baldisseri, confirmó que el Papa Francisco invitó a los dos obispos chinos al Sínodo como resultado del reciente acuerdo provisional entre Pekín y la Santa Sede, cuya llamada ha sido aceptada y, por primera vez, los obispos de China continental participarán en el Sínodo que durará 25 días.
El Sínodo se abrirá este miércoles con una misa presidida por el papa Francisco en San Pedro, igualmente el cierre se llevará a cabo el 28 de octubre con un celebración eucarística dentro de la basílica. Una invocación al Espíritu Santo con el Veni, Creator Spiritus abrirá los trabajos y se cerrará con una canción de agradecimiento, el Te Deum.
En esta ocasión, el Papa ha invitado a 49 oyentes. Hombres y mujeres – de todo el mundo – comprometidos a diario en el campo de la pastoral juvenil, entre ellos 36 jóvenes de entre 18 y 29 años. Uno de los criterios de selección fue la participación en asociaciones, incluso fuera de la Iglesia. Además participarán 23 expertos, que apoyarán el trabajo de las dos secretarias especiales del Sínodo sobre la juventud, como establecido en el Instrumentum laboris presentado el mes pasado.
El Sínodo también contará con 14 Círculos Menores o grupos pequeños de trabajo, divididos por origen lingüístico y región. Estos grupos votarán las enmiendas que incluyen cambios al documento. Sin embargo, la votación está limitada a los padres sinodales. Los grupos serán seis: francés, italiano, Inglés, español, alemán y portugués. Cada grupo contará con la presencia de un joven.
Entretanto, se trabajará en tres fases el documento de trabajo: ver, discernir y elegir. El trabajo operativo terminará el 22 de octubre con la recopilación de las contribuciones de los círculos menores que confluirán en un único texto.
Un borrador del documento final será presentado el 24 de octubre, antes de la votación de la versión final el 27 de octubre. Para ser adoptado, debe recibir la aprobación de dos tercios de los padres sinodales. Una vez votado, el documento final será entregado a Francisco que puede decidir si desea o no publicarlo. También puede optar por integrarlo a su magisterio ordinario.