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Los venezolanos también son apreciados, “por sus riñones”

VENEZUELA
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Carlos Zapata - publicado el 22/09/18
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La compraventa de órganos preocupa a familiares de venezolanos vulnerables que huyendo de la crisis parten a otros países en busca de mejor futuro. Temen que se convierta en negocio, como ocurre con el cabello en zonas de la frontera con Colombia

“Alguien le propuso a mi hermanito menor que recientemente emigró a Perú desde Venezuela comprarle un riñón. La cantidad no es importante (aunque también ridícula), sino el abuso de tratar de aprovecharse de otro refugiado del desastre chavista. ¡Qué pocos escrúpulos!”

Lo denunció en redes sociales Ariel Puello, a través de una publicación que rápidamente se viralizó, en la cual desnuda otros ángulos de una crisis humanitaria que incluye esclavitud moderna, crimen organizado, prostitución y trata de personas.

“Lo que lo hace más triste es que me enteré porque me consultó sobre esa propuesta, eso significa que él consideró la opción. Si eso es él, que tiene ayuda aunque sea esporádica, ¿se imaginan a aquellos aún más vulnerables?”, escribió el denunciante.

“Lamentablemente mi hermanito teme buscarse problemas. Como recién llegado (a Perú) es natural. Tomando en cuenta lo grave del asunto, preferí callar algunos detalles sobre la identidad” del solicitante, agregó.

“La triste(y sorpresiva) realidad es que estoy seguro de que mi hermano no fue el primero al que esto le pasa, y en estos momentos estamos buscando maneras de protegerle”.

“Le aconsejé a mi hermano que se cuide y evite contacto con las personas que le hicieron la propuesta. Nunca se sabe, y no es nada nuevo que roben órganos. Estamos perdiendo nuestra humanidad. Y cuando se trata de poblaciones, también se ha perdido el respeto por ellos”, sostuvo.

Penado por la ley

En Venezuela, la oferta de órganos es un delito penado por la Ley sobre Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células en Seres Humanos; así como tipificado en el Código Penal Venezolano y en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.

La simple oferta implica penas que van desde los cuatro hasta los treinta años de cárcel; amén de la suspensión de licencia médica para los médicos, o el cierre de establecimientos en los que se realice alguna intervención quirúrgica.

En febrero de 2018, la directora ejecutiva de la Fundación Identidad: organización que colabora con los migrantes, contó la historia de un venezolano que estaba “vendiendo su riñón para salir de Venezuela”.

En conversación con la prensa argentina, Antonieta Benítez dijo que “la gente sobrevive fuera” de la nación sudamericana.

También a principios del año, un hombre conmovió con un mensaje en la red social Facebook a través de un anuncio en el cual ofreció un riñón para financiar el viaje con sus hijos para huir de la crisis y viajar a Chile.

Aunque no se pudo constatar si la oferta era cierta, desnudó miles de reacciones y una realidad difícil de ocultar.

“No consumo alcohol ni ninguna droga, no he tenido ninguna enfermedad que me haga no apto y jamás he tenido un problema renal”, escribió la persona que se identificó como Mario Domingo Manganelli.

La agencia Télam reseñó que había realizado llamadas al número telefónico publicado en el aviso, y tras varios intentos fallidos, les atendió una persona que dijo: “Ese tipo vino ayer a venderme su teléfono inteligente, porque según él necesitaba comprar comida y medicinas para dos de sus hijos; no sé nada más”.

“Todo el día he recibido llamadas de gente que quiere cambiar o comprar un riñón: no exagero si digo que fueron más de 100 los interesados en el negocio”, agregó.

Tras la nueva publicación de esta semana que rápidamente se llenó de comentarios en las redes, una dama lo comparó con la compraventa de cabello de venezolanas en Cúcuta y otras regiones de Colombia, donde se ha convertido en un creciente negocio que ha denunciado Aleteia.

A “una amiga de mi hijastra le compraron el cabello en Cúcuta (región del país cafetero ubicada en la frontera colombo-venezolana), le pagaron 100.000 pesos (unos 35 dólares), ¡claro no se compara con un riñón, pero es igual!”, posteó Gerardo López.

Aunque por motivos muy distintos, los riñones son motivo de múltiples mensajes virales por parte de venezolanos que tocan la sensibilidad de buena parte de la audiencia.

Un caso fue el de Carlisbeth Falcón, de apenas 11 años de edad, cuando ante las cámaras de Univisión suplicó llorando: “¡Por favor ayúdennos, yo no quiero morir!”, porque tiempos después de recibir trasplante estuvo en riesgo de perder su riñón debido a la falta de los inmunosupresores.


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Miles de afectados

Y es que son al menos 16 mil los pacientes renales que se ven sometidos a dramas como éste en el alguna vez rico país petrolero, donde desde hace más de un año no se realizan trasplantes de órganos.

El 6 de junio de 2018, a propósito del Día Mundial del Trasplantado, la directora de Prepara Familia, Katerine Martínez, le recordó a la audiencia de Aleteia la complejidad de la situación que afronta el país, donde el Estado venezolano no garantiza los derechos a la salud y a la vida.

Mientras que Francisco Valencia, director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida), explicó que son más de 3.500 los trasplantados y 5.000 los pacientes con hemofilia, que están sin tratamiento profiláctico.

Además de activista, Valencia es paciente trasplantado y uno de los sobrevivientes de la crisis humanitaria que afronta Venezuela, donde según el más reciente informe de la ONG Convite se presenta 97% de escasez de medicamentos en las principales ciudades del país.

 No obstante, coincide con la visión de Ariel Puello en se “fe de que ¡esto se acaba!” y confía en que “con el gran capital humano que tiene Venezuela, dentro y fuera del país”, el futuro con Dios y sin comunismo “será brillante”.

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