Tensión y preocupación debido a un conflicto que ya ha dejado muertos y heridos. En medio de eso aparecen palabras de solidaridad y diálogo La Asunta, localidad ubicada en la región geográfica los Yungas, en el departamento de La Paz, se ha transformado en los últimos días en escenario de batalla vinculada a la erradicación de cultivos de coca.
Es en esa zona donde la situación de tensión crece y preocupa luego de que en los últimos días se confirmara la muerte de tres personas –dos cocaleros y un efectivo- en el marco de una serie de operativos contra los cultivos ilegales, algo que también dejó varios heridos.
La muerte del oficial sucedió en medio de lo que fuera calificado como una “emboscada”. En ese sentido, una fuerza vinculada a la Policía antinarcóticos -Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar)- fue acorralada durante realizaban el operativo e incluso el líder de la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepoca), Franklin Gutiérrez, fue detenido y señalado como uno de los principales autores intelectuales del ataque.
#Ahora Director Nacional de la #FELCN informa sobre la detención individuos en La Asunta: https://t.co/sEfnluqpTQ vía @YouTube
— Ministerio De Gobierno Bolivia (@MindeGobierno) August 29, 2018
Luego de esto, en medio del dolor por las muertes recientes, los cocaleros de los Yungas no se quedaron quietos y comenzaron una serie de movilizaciones hacia la ciudad de La Paz en la que reclamaron, entre otras cosas, la renuncia del presidente Evo Morales.
Es que la pelea por la coca –entre los que se encuentran quienes se oponen a la erradicación- representa una clara herida en el corazón de Bolivia. Mientras se ha autorizado a través de una ley en 2017 el aumento de la superficie de cultivos legales de coca, también comenzaron -en lugares como La Asunta- a retumbar el caso de hectáreas con cultivos excedentes e ilegales, además del encubrimiento de actividades vinculadas al narcotráfico.
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¿Extranjeros en el conflicto?
Desde el gobierno también se señaló que se tiene conocimiento de peruanos, colombianos y otras personas de otras regiones que están participando del conflicto. Por otro lado, también trascendió la sospecha del gobierno boliviano en cuanto al entrenamiento en el uso de armas de cocaleros a manos de colombianos, reproduce un artículo de El Espectador. En ese sentido, para el gobierno boliviano se está ante la presencia de una “organización criminal”.
La Iglesia pide diálogo y respeto
En medio de esta compleja situación es donde también comenzaron a aparecer voces a favor del diálogo entre ellas la de la propia Iglesia, que expresó sus condolencias luego de las pérdidas de vidas humanas.
“Los enfrentamientos violetos que causan muerte dejan heridos, tristeza y luto en las familias, no tienen justificación y son condenables. El entrenamiento para la violencia no se puede tolerar, es una falta de ética y moral, se tiene que fomentar la formación en valores que impulsen a una cultura de paz y entendimiento dialogo y respeto”, expresó monseñor Jesús Suárez, arzobispo de la Arquidiócesis de Sucre, reproduce el portal Iglesia Viva.
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“Grupos irregulares debilitan la democracia y llevan a momentos de miedo y terror. Las autoridades tienen que garantizar la paz y desbaratar estos grupos, pero una vez sean correctamente identificados, al igual que realizar una intervención a zonas excedentarias de producción de coca según normativas y leyes en las mismas condiciones ya sea en los Yungas o en Chapare”, continuó.
“Nuestra solidaridad con las familias de las 3 personas fallecidas y desde luego nuestro deseo de un pronto esclarecimiento de sus muertes y una investigación imparcial sobre los detenidos, que reine la paz, el diálogo y la concordia en esta región paceña”, concluyó.
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Con información en base a El Deber, El Espectador, Los Tiempos e Iglesia Viva