separateurCreated with Sketch.

URGENTE Otro sacerdote es secuestrado en México

CASSOCK
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Jaime Septién - publicado el 26/08/18
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Testigos afirman que el sacerdote “desapareció” en el poblado denominado como Matanguarán, “levantado” por un grupo de hombres (seguramente armados)La Alerta AMBER un sistema de notificación de menores de edad desaparecidos, implementado en varios países desde 1996, podría comenzar a funcionar en México, también para desaparición, secuestro o “levantamiento” de sacerdotes católicos.

Sería un modo como los laicos de ese país, líder en asesinatos, secuestros y extorsiones a sacerdotes católicos en el mundo, protegerían a sus sacerdotes del crimen organizado, no dejando toda la responsabilidad en los obispos, mucho menos en las instituciones encargadas de impartir justicia.

El tema viene a colación por la “desaparición” reciente del sacerdote Miguel Gerardo Flores, perteneciente a los misioneros de la Sagrada Familia, el pasado sábado 18 de agosto. La última vez que el padre Flores ocurrió en el municipio de Uruapan, Estado de Michoacán (al oeste de México) dónde celebró una Misa en la comunidad de Santa Catarina.

La desaparición de padre Flores fue revelada por el párroco José Luis Segura Barragán, de la comunidad Presa del Rosario, del municipio de Buenavista Tomatlán. Testigos afirman que el sacerdote “desapareció” en el poblado denominado como Matanguarán, “levantado” por un grupo de hombres (seguramente armados).

Según el Centro Católico Multimedial, con la desaparición del padre Flores ya son tres los sacerdotes desaparecidos en los últimos cinco años; el padre Santiago Álvarez, de la diócesis de Zamora (desapareció el 29 de diciembre de 2012; a la fecha, no hay elementos ni indicio alguno sobre su paradero); el padre Carlos Órnelas Puga, quien desapareció el 3 de noviembre de 2013, tampoco se tiene conocimiento de su paradero, según un representante de la diócesis de Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas.

De acuerdo con el directorio eclesiástico nacional, Miguel Gerardo Flores Hernández nació el 9 de octubre de 1970 en Sombrerete, Zacatecas. Fue ordenado el 26 de mayo de 2007 para el Instituto de los Misioneros de la Sagrada Familia.

Se desempeña como director del Centro de Formación Familiar Infantil y Juvenil Nazaret, Asociación Civil, en Jucutacato, municipio de Uruapan. De acuerdo con la información publicada por el mismo Centro, abierto desde 2011, los ambiciosos proyectos y programas implantados tienen por objeto abatir los índices de pobreza y marginación de la zona fomentando proyectos de estudios y de capacitación para el trabajo en el Albergue Nazaret que ha contribuido a la formación de 34 jóvenes.

Nada de esto detiene a los delincuentes, que en Michoacán mantienen en vilo a la sociedad. Son horas de extrema preocupación por la vida de este sacerdote, líder en acción social en una región lastrada por la pobreza y el narcotráfico.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.