¡Cuántas necesidades en las familias! Y qué poco podemos ayudar a veces... Pero hay Alguien que tiene todo el poder y todo el interés para regalar exactamente lo que hace falta. Pídele a Dios, con fe, por tu familia, por todas las familias:
Dios, Padre nuestro,
somos hermanos y hermanas en Jesús, tu Hijo,
una familia, en el Espíritu de tu amor.
Bendícenos con la alegría del amor.
Haznos pacientes y bondadosos,
amables y generosos,
acogedores de aquellos que tienen necesidad.
Ayúdanos a vivir tu perdón y tu paz.
Protege a todas las familias con tu cuidado amoroso,
Especialmente a aquellos por los que ahora te pedimos:
(Hacemos una pausa y recordamos a los miembros de la familia y a otras personas por su nombre).
Incrementa nuestra fe,
fortalece nuestra esperanza,
protégenos con tu amor,
haz que seamos siempre agradecidos por el regalo de la vida que compartimos.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.
María, madre y guía, ruega por nosotros.
San José, padre y protector, ruega por nosotros.
San Joaquín y Santa Ana, rueguen por nosotros.
San Luis y Santa Celia Martin, rueguen por nosotros.
"Hacer del mundo un hogar"
Esta oración fue publicada en la web del Encuentro Mundial de las Familias 2018, que se celebró en Irlanda con el lema "El Evangelio de la familia, alegría para el mundo".
Tras aquel encuentro internacional (el último e celebró en junio de 2022 en Roma, después de que el coronavirus obligara a anular el de 2020), el papa Francisco destacó algo importante que siempre seguirá vigente:
"El sueño de Dios es la unidad, la armonía y la paz, fruto de la fidelidad, el perdón y la reconciliación que nos ha dado en Cristo. Él llama a las familias a participar de este sueño y a hacer del mundo un hogar donde nadie esté solo, no querido o excluido".
¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura! Y esta revolución comienza en el corazón de la familia.